El Gran Torneo de los Talentos



Era un día soleado en la escuela primaria del barrio Las Flores. Los alumnos estaban emocionados porque se acercaba el Gran Torneo de los Talentos, un evento donde cada uno podría mostrar sus habilidades especiales. Entre ellos estaban Sofía, que tocaba la guitarra; Tomás, que podía hacer malabares; y Valentina, que pintaba hermosos cuadros.

"¿Qué vas a presentar en el torneo, Sofía?" - preguntó Valentina, mientras preparaba sus pinceles.

"Voy a tocar una canción que compuse. Es algo diferente, espero que les guste" - respondió Sofía con un brillo en los ojos.

Tomás se unió a la conversación.

"Yo voy a hacer malabares con pelotas y también con algunos objetos raros que conseguí en casa. Quiero que sea divertido" - decía entusiasmado.

"¡Eso suena increíble!", dijo Valentina, pintando un arcoíris con colores vibrantes en su lienzo.

Cada uno trabajaba para mejorar su talento. Sin embargo, a medida que se acercaba el día del torneo, algunos comenzaron a sentirse nerviosos. Sofía no podía dejar de pensar si su canción sería lo suficientemente buena.

"¿Y si a nadie le gusta?" - le confesó a Tomás en un recreo.

"Pero ¡Sofía! , lo importante es que es tu creación. Si te gusta a vos, ya es un gran paso. Nadie toca como vos lo haces" - le respondió él.

"Tenés razón, gracias" - dijo Sofía sonriendo.

Unos días después, el gran día llegó. La escuela estaba decorada con globos y pancartas. Cada aula se preparaba para el evento. Cuando fue el turno de Tomás, el escenario vibraba con la energía de sus malabares.

"¡Vamos, Tomás!" - gritaban sus compañeros, aplaudiendo.

"¡Mirad esto!" - exclamó Tomás mientras lanzaba las pelotas al aire, combinando piruetas y risas.

Luego fue el momento de Valentina que, con nervios pero también emoción, presentó su pintura en vivo.

"¡Arte en acción!", gritó un compañero.

"Voy a mezclar estos colores para mostrarles el sol brilla al final de la tormenta" - decía Valentina mientras la multitud la ovacionaba.

Finalmente, llegó el momento de Sofía. Ella subió al escenario, respiró profundo y tomó su guitarra con manos temblorosas.

"Hola a todos, hoy voy a tocar una canción que escribí. Espero que les guste" - dijo, y la multitud se quedó en silencio. Empezó a tocar y a cantar, su voz llenó el aire.

Cuando terminó, recibió una explosión de aplausos.

"¡Eso fue hermoso!" - gritó Valentina con lágrimas de emoción en los ojos.

"Sofía, sos increíble" - la aclamó Tomás.

Pero en medio de los aplausos, Sofía notó que un compañero, Marcos, estaba sentado solo, con los brazos cruzados. Ella bajó del escenario y se acercó.

"¿Por qué no viniste a mostrar tu talento?" - le preguntó con preocupación.

"No tengo nada especial, no puedo hacer nada como ustedes" - dijo Marcos con la cabeza gacha.

"¡Eso no es cierto! Todos somos únicos de maneras diferentes" - Sofía le sonrió con calidez.

"Si querés, podés venir conmigo a ensayar para el próximo torneo" - se ofreció.

Marcos sonrió, por primera vez sintiéndose incluido.

"¡Lo haré! Gracias, Sofía" - respondió emocionado.

Todos los alumnos aprendieron que sus talentos eran valiosos, no importaba cuán pequeños parecieran. Así, más allá de ser una competencia, el Gran Torneo de los Talentos se convirtió en un hermoso momento de amistad y colaboración, donde la verdadera victoria era descubrir y compartir lo único que cada uno tenía para ofrecer.

FIN.

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