El Gran Viaje de Capibara Colores



En un rincón alejado del mundo, había un planeta llamado Coloreando. En Coloreando, vivía una capibara llamada Capi. A diferencia de las capibaras de la Tierra, Capi tenía una particularidad: ¡su pelaje era de todos los colores del arcoíris!

Capi era una capibara muy curiosa y le encantaba explorar su planeta. Un día, decidió aventurarse un poco más allá de su hogar en el prado. Cargó su mochila con algunas galletitas y se despidió de sus amigos, la tortuga Tina, el loro Lalo y la ardilla Suri.

-Cuidado, Capi, no te alejes mucho –le dijo Tina, preocupada.

-No te preocupes, volveré antes de que el sol se esconda –respondió Capi, mientras se adentraba en un bosque lleno de árboles de los colores más vivos.

Tras un rato caminando, Capi llegó a un claro donde vio algo sorprendente: ¡un grupo de animales que nunca había visto antes! Había un flamenco rosa, una cebra blanca y negra, un rinoceronte gris y un pez con escamas brillantes de todos los colores.

-Wow, ¡ustedes son diferentes a los que conozco! –exclamó Capi con alegría.

-Hola, capibara colorida! –dijo el flamenco mientras hacía un elegante movimiento.

-Somos de diferentes partes de Coloreando. Nos reunimos aquí para celebrar la Diversidad –explicó la cebra con su voz cantarina.

Capi, entusiasmada, preguntó:

-¿Puedo unirme a la celebración?

-Claro, ¡entre más, mejor! –respondió el pez, moviendo sus aletas.

Capi se unió a ellos y juntos comenzaron a jugar a «Atrapa el arcoíris», un juego muy divertido. Pero pronto, se dieron cuenta de que no todos eran tan buenos en el juego. El rinoceronte, por ejemplo, no sabía mucho de saltar y se caía cada vez que intentaba.

-Vamos, Rino, ¡no te desanimes! –le dijo Capi, apoyándole la pata. –Podemos enseñarte a saltar.

-Ni se te ocurra decirle eso. Es un fracaso en el salto. –rió la cebra, burlándose.

Capi sintió una punzada en su corazón al escuchar eso y decidió intervenir. -Amigos, todos somos diferentes, y eso no significa que uno sea mejor que el otro. Lo importante es ayudarnos y aprender juntos.

El flamenco, al escuchar a Capi, reflexionó: -Tienes razón, yo tampoco soy bueno en aprender a bailar.

La tortuga Tina, que había seguido a Capi sin que ella se diera cuenta, llegó justo en ese momento y se unió a la conversación: -La tolerancia es importante. Cada uno de nosotros tiene sus habilidades y, al unir fuerzas, podemos lograr grandes cosas juntos.

De repente, la idea de formar un equipo y aprender mutuamente se hizo presente. Jugaron saltando, nadando, y bailando. Y así, Capi, con su corazón cálido, se convirtió en la mejor embajadora de la amistad y la tolerancia entre los diferentes animales.

Después de un tiempo lleno de risas y juegos, comenzó a caer la tarde, y Capi recordó que tenía que regresar a casa.

-¿Puedo visitarlos de nuevo? –preguntó con esperanza.

-Sí, y esta vez ¡trae a tus amigos! Nos gustaría conocer más sobre ellos y también la diversidad de tu prado –dijo el pez.

Esa noche, cuando Capi volvió a casa, se sintió muy feliz. Les contó a sus amigos sobre el gran día que había tenido.

-¡Eso suena increíble! –exclamó Suri emocionada. -¿Así que aprendiste sobre la tolerancia y la amistad?

-¡Sí! Me di cuenta de que todos somos especiales a nuestra manera, y eso es lo que hace a nuestro mundo un lugar mágico –dijo Capi.

Desde ese día, Capi no solo jugaría en su prado, sino que también compartiría sus aventuras con todos sus amigos, promoviendo el amor por la diversidad y la tolerancia. Cada semana, serían más los que se unían a su equipo de colores, y juntos crearon un hermoso arcoíris de amistades en Coloreando, donde cada uno celebraba su singularidad.

Y así, Capi aprendió que el amor, la amizade, y la tolerancia podían fundir los colores más hermosos del universo.

FIN.

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