El Gran Viaje de Dientín



En la boca de un niño llamado Lucas, vivía un diente llamado Dientín. Dientín era un diente pequeño, un poco más flojo que sus amigos, pero lleno de aventuras por contar. Había probado cosas deliciosas: caramelos de colores, jugos cítricos y el inconfundible sabor de las galletitas. Sin embargo, había llegado el momento en que Dientín debía prepararse para un viaje.

-Dientes, amigos, creo que estoy listo para salir -dijo un día Dientín con voz temblorosa pero entusiasta.

- ¿Listo? -preguntó su amigo Colmillo en tono burlón- ¿No te da miedo dejar la boca de Lucas?

- ¡No! -respondió Dientín- He vivido tantas cosas aquí... Pero creo que también es momento de que un nuevo diente venga a ocupar mi lugar.

Los dientes a su alrededor comenzaron a murmurar, un poco preocupados.

- Bueno, si te vas a ir, necesitamos que te ayuden a salir -dijo una muela sabia.

Con su ayuda, Dientín se ató con un hilo enrollado. Los otros dientes, desde caninos hasta incisivos, comenzaron a moverlo suavemente, empujándolo de un lado a otro.

- ¡Esto puede funcionar! -gritó Dientín con entusiasmo.

- ¡Vamos, todos juntos! -exclamó un Molar.

Mientras hacían fuerza, Dientín empezó a sentir que se movía un poco más. Pero entonces, por un giro del destino, el nuevo diente, que había estado esperando en el fondo de la boca su turno, se asomó.

-Hola, soy Nuevito -se presentó el diente recién llegado. -¿Necesitas ayuda para salir?

Dientín, sorprendido, asintió.

- Sí, por favor. Todo esto es muy emocionante, pero me siento un poco nervioso -confesó Dientín.

- No te preocupes, amigo. Juntos lo haremos -dijo Nuevito con una sonrisa brillante.

Entonces, Dientín y Nuevito hicieron un plan. Con la ayuda de los otros dientes, se coordinaron para hacer un último esfuerzo y, en un movimiento sincronizado, Dientín salió disparado de la encía como un cohete.

- ¡Lo logré! ¡Mirenme, soy libre! -gritó Dientín, aún sorprendido.

Los dientes aplaudieron con alegría, y entre risas, Colmillo exclamó.

- ¡Te despido con una gran sonrisa, Dientín! Se siente un vacío, pero sabemos que harás grandes cosas fuera de aquí.

- ¡Gracias a todos! -respondió Dientín mientras veía hacia el cielo con alegría- ¡He probado sabores increíbles y he sido muy útil en la boca de Lucas! Ahora va a llegar un nuevo diente, y estoy seguro de que también vivirá aventuras maravillosas.

Mientras vuela por el aire, Dientín vio como se alejaba de su hogar. "Es hora de compartir mis experiencias con el mundo", pensó mientras disfrutaba la brisa fresca.

A medida que se alejaba, Dientín se dio cuenta de que no importaba dónde estuviese, lo importante era todo lo que había vivido y que siempre llevaría esos recuerdos consigo. Así, llegó al mundo de los dientes perdidos, donde nuevos amigos le contaban historias de sus aventuras.

Y así fue como Dientín, un pequeño diente, comenzó una nueva vida, aprendiendo cosas increíbles y haciendo nuevos amigos, siempre recordando su hogar en la boca de Lucas, donde había sido tan feliz.

FIN.

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