El gran viaje de Esteban y el sabio Don Juan


En un pueblo llamado Quehue, Esteban creció rodeado de la maravillosa naturaleza andina. Sin embargo, últimamente el clima se tornaba cada vez más severo: la tierra no daba frutos y los animales comenzaban a escasear.

Preocupado por el futuro de su comunidad, Esteban decidió buscar respuestas con Don Juan, un anciano sabio conocedor de la cosmovisión andina. - ¡Don Juan! – exclamó Esteban al llegar a la cabaña del sabio.

– La naturaleza nos está mostrando señales preocupantes, ¿qué podemos hacer para recuperar el equilibrio? Don Juan, con sus ojos llenos de sabiduría, escuchó atentamente a Esteban. - Hijo mío, la Pachamama nos está hablando, y es nuestra responsabilidad escucharla y actuar en consecuencia – respondió el sabio.

Don Juan le explicó a Esteban que la tierra necesitaba descansar, que los ríos ansiaban ser limpiados y que los espíritus de la naturaleza necesitaban ser honrados. Juntos, idearon un plan para restaurar el equilibrio.

Convocaron a todos los habitantes de Quehue y les explicaron la importancia de cuidar y respetar la naturaleza. Organizaron jornadas de limpieza de ríos, sembraron árboles y ofrecieron ceremonias en honor a la Pachamama.

Poco a poco, la comunidad se unió en armonía con la naturaleza, y el pueblo de Quehue floreció una vez más. Esteban aprendió que escuchar a la naturaleza y actuar con respeto y amor era fundamental para el bienestar de todos.

Y desde entonces, cada vez que el clima se volvía desfavorable, él recordaba las enseñanzas de Don Juan y trabajaba junto a su comunidad para restaurar el equilibrio y honrar a la Pachamama.

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