El Gran Viaje de Lila
En el horizonte, el sol comenzaba a esconderse detrás de las colinas, tiñendo el cielo de colores vibrantes. Lila, una pequeña niña de cabello rizado y ojos curiosos, miraba con asombro desde la cima de su árbol favorito. "¡Lo logré!" decía con una sonrisa radiante, recordando lo que la llevó a este momento.
Unos días atrás, Lila se encontraba en el parque, observando a sus amigos jugar a la pelota.
"¿Por qué siempre tengo que ser la que se queda mirando?" - se lamentó.
Decidida a no ser solo la espectadora, Lila decidió emprender una aventura. Con su mochila a cuestas, se adentró en el bosque cercano, donde los árboles susurraban secretos.
Mientras se aventuraba, se encontró con un viejo búho que le dijo:
"Para encontrar lo que buscas, debes abrir bien los ojos y prestar atención a lo que te rodea".
Las palabras del búho resonaron en su corazón. Avanzó, y de repente, vio un claro iluminado por mariposas danzantes. Allí, un grupo de niños reía y saltaba.
"¿Puedo jugar con ustedes?" - preguntó Lila.
"Por supuesto, pero primero, ¡debes atraparnos!" - respondieron desafiantes.
Eso encendió un fuego de emoción dentro de Lila. Con una gran sonrisa, comenzó a correr, sintiendo la libertad del momento.
Después de un rato, agotada pero feliz, se sentó junto a sus nuevos amigos.
"Nunca pensé que podría divertirme tanto", les confesó.
"A veces, solo necesitamos dar un paso adelante y atrevernos a ser parte de algo más grande" - dijo uno de los niños.
Así, Lila aprendió que ser audaz podía abrirle puertas a nuevos mundos.
Regresando al momento presente, respiró profundo, disfrutando de su triunfo.
"Siempre seré parte del juego", se prometió a sí misma, mientras la última luz del sol desaparecía, dejando un cielo estrellado.
Y así, cada atardecer desde entonces, Lila recordaba su aventura y se atrevía a seguir jugando, compartiendo su alegría con el mundo.
FIN.