El Gran Viaje de Lila y su Amigo el Pez



Era un día soleado en el pequeño pueblo de Villa Verde, donde Lila, una niña curiosa y llena de energía, vivía cerca de un río muy especial. Aquel río, llamado Agua Clara, era el hogar de muchos peces coloridos y plantas que bailaban con la corriente. Pero este año, algo preocupante estaba sucediendo.

Un día, mientras Lila jugaba cerca del río, notó que el agua ya no era tan clara como antes. "¡Mirá eso, Pezito!"- dijo, señalando los desechos que flotaban en la superficie. "¡Oh no! Esto no es bueno, Lila. Mis amigos están sufriendo"- respondió muy triste un pez plateado que nadaba cerca.

Lila se agachó y con un gesto decidido, tocó el agua. "No te preocupes, Pezito. ¡Voy a ayudar a limpiar nuestro río!"- exclamó.

Después de hablar con su amiga, la Tortuga Mía, que era la más sabia del lugar, decidieron organizar una gran limpieza. "¡Lo haremos juntas!"- dijo Mía animadamente. "Pero vamos a necesitar ayuda de todos en Villa Verde"- agregó Lila.

Así que Lila y Mía empezaron a recorrer el pueblo para contarle a sus amigos sobre la contaminación del río. "¡Hola, amigos!"- llamó Lila al grupo de niños que jugaban en la plaza. "¿Sabían que nuestro río no está bien?"-

Los niños se miraron entre sí, sorprendidos. "¡No! ¿Qué podemos hacer?"- preguntó Lucas, el más aventurero del grupo.

"Vamos a limpiarlo!"- propuso Lila. Y así, la noticia corrió como un rayo. El sábado siguiente, todos se juntaron en la orilla del río con guantes y bolsas de basura, listos para ayudar.

Mientras limpiaban, se encontraron con un montón de sorpresas. "¡Miren, una botella!"- gritó Sofía. Y, abrazo a Lila, dijo. "¡Esto es muy triste! ¿Cómo es que la gente tira todo aquí?"-

Lila suspiró, "No lo sé, Sofía. Pero tenemos que enseñarle a todos a cuidar nuestro río para que nuestros amigos, como el Pezito, puedan vivir felices"-.

Cuando terminaron, el río brillaba como nuevo. "¡Lo logramos!"- gritó Lucas con alegría. En medio de toda la celebración, el pez plateado apareció nadando rápidamente, salpicando agua a su paso. "¡Gracias, Lila! ¡Gracias, amigos!"- gritó el pez. "Ustedes son los verdaderos héroes del río"-

Pero la historia no terminaba ahí. Esa noche, mientras Lila estaba en su ventana mirando las estrellas, tuvo una idea. "¡Ya sé! ¡Podemos hacer una campaña para que todos en el pueblo usen menos plástico!"-

Entusiasmada, al día siguiente se reunió nuevamente con Mía y algunos amigos. "Vamos a poner carteles, a hacer dibujos sobre el río y contarle a todos cómo pueden ayudar"-.

Lila y sus amigos se pusieron manos a la obra. Pintaron murales, escribieron carteles coloridos que decían cosas como “¡Cuidemos el Agua Clara! ” y hablaron en la escuela sobre la importancia del reciclaje y de no tirar basura en lugares incorrectos.

Pasaron los días y con cada acción, la gente del pueblo comenzó a cambiar sus hábitos. Al cabo de un tiempo, Lila, Mía y todos sus nuevos amigos continuaron cuidando el río, y cada vez más personas se sumaban a la causa.

Un día, Lila y Mía decidieron hacer una fiesta en la orilla del río para celebrar el esfuerzo de todos. "¡Vámonos, Pezito!"- gritó Lila mientras esperaba que el pez llegara. "¡Hoy es un día especial!"-.

Cuando todos llegaron, hubo juegos, música y comida, pero lo más importante de todo: los adultos prometieron usar menos plástico y cuidar del medio ambiente.

Así, Lila no solo mantuvo su río limpio, sino que inspiró a su pueblo a seguir cuidando la naturaleza y a proteger a sus amigos, los peces. Desde entonces, Agua Clara volvió a ser un lugar lleno de vida y felicidad. Y todos, incluidos Lila, Mía y el Pezito, aprendieron que juntos podían hacer la diferencia y que una sola acción podía cambiar el mundo.

Y así, cada vez que el viento soplaba suave en Villa Verde, todos podían oír una melodía especial que salía del río: la canción de la gratitud de todos los seres que allí vivían.

.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!