El Gran Viaje de los Colores Primarios
En un pequeño pueblo colorido, donde todos los colores brillaban con alegría, vivían tres amigos muy especiales: Rojo, Amarillo y Azul. Cada uno era un color primario y tenía su propio carácter.
Un día, mientras jugaban en el parque, Rojo dijo entusiasmado: - ¡Vamos a crear algo increíble hoy! -
Amarillo asintió y respondió: - ¡Sí! ¿Qué tal si hacemos un gran mural? -
Azul, que siempre era un poco más tranquilo, pensó por un momento y luego comentó: - Pero, ¿y si no tenemos suficientes colores? -
- No te preocupes - dijo Rojo con confianza. - Juntos podemos hacer cualquier cosa. ¡Se me ocurre que deberíamos hacer un viaje al Bosque de los Colores! Allí se dice que viven los colores secundarios. -
Emocionados por la idea, los tres amigos decidieron partir en busca del Bosque de los Colores. Después de un largo camino a través de campiñas y ríos, llegaron a la entrada del bosque. Un gran arco iris les dio la bienvenida.
- ¡Miren! - exclamó Amarillo con alegría. - ¡El arco iris! -
- ¡Quizás ahí encontremos a los colores secundarios! - sugirió Azul. -
Los amigos comenzaron a caminar por el sendero del bosque. A cada paso, se encontraban con colores y formas increíbles. De repente, se encontraron con un color brillante y radiante: ¡Verde!
- Hola, amigos - saludó Verde. - ¿Qué hacen en el Bosque de los Colores? -
Rojo, emocionado, respondió: - ¡Venimos a buscar a otros colores! Queremos hacer un mural grande y colorido. -
Verde sonrió y dijo: - ¡Eso suena genial! Pero también necesitarán a Naranja y Violeta. Ellos son colores muy importantes para un mural. -
Juntos, siguieron el camino y comenzaron a buscar a Naranja y Violeta. En su recorrido, se encontraron con varios colores secundarios que les ofrecían ayuda y buenos consejos.
Primero encontraron a Naranja, quien estaba pintando un hermoso atardecer.
- ¡Hola, Naranja! - llamaron todos. - Necesitamos tu ayuda para crear nuestro mural. -
- ¡Claro! - respondió Naranja entusiasmado. - Pero también debo invitar a Violeta, porque juntos podemos hacer maravillas. -
Así fue como continuaron su búsqueda. Finalmente, encontraron a Violeta, quien estaba sentado junto a una fuente de colores que brillaban bajo el sol.
- ¡Violeta! - gritaron. - ¡Ven con nosotros! Vamos a hacer un mural increíble. -
Violeta los miró y dijo: - Pero primero, ¿saben cómo combinar los colores? -
Rojo, un poco inseguro, respondió: - Bueno, sabemos que juntos hacemos nuevos colores, pero no estoy seguro de cómo. -
Violeta sonrió y explicó: - Si combinan a Rojo y Amarillo, ¡obtendrán Naranja! Y si juntan a Rojo con Azul, ¡tendrán Violeta! Los colores se pueden mezclar de muchas formas. -
- ¡Eso es maravilloso! - exclamó Amarillo. - ¡Podemos crear un arco iris solo con nuestras combinaciones! -
Asentidos, los amigos decidieron regresar juntos al pueblo. Una vez ahí, se pusieron manos a la obra. Cada uno eligió un lugar en el gran lienzo que habían preparado.
Los colores primarios comenzaron a trabajar en armonía. Rojo trazó líneas vibrantes, Amarillo iluminó todo con su brillo, y Azul aportó la calma y la profundidad. Luego, Violeta y Naranja se unieron a la mezcla, y juntos crearon nuevas tonalidades y sombras.
Cuando el mural estuvo terminado, los amigos se miraron con orgullo. Habían creado una obra maestra que reflejaba la colaboración y la creatividad de todos.
- ¡Lo hicimos! - gritaron todos juntos. -
- Este mural no solo es hermoso, sino que también muestra que cuando trabajamos juntos, podemos lograr cosas increíbles - comentó Azul.
Rojo, con una gran sonrisa, agregó: - ¡Los colores primarios y secundarios se complementan para crear algo único y especial! -
- Sí, y aprendimos que todos tenemos algo que aportar - concluyó Amarillo.
Desde ese día, el mural fue un símbolo de amistad en el pueblo y recordaba a todos la importancia de la colaboración, la creatividad y la alegría de mezclar colores. Y así, los colores primarios y secundarios vivieron felices, ansiosos por seguir creando juntos nuevas maravillas.
FIN.