El Gran Viaje de Nico



En un soleado día de sábado, Nico, un niño de 6 años, se preparaba para ir al centro comercial con su mamá, Ana. "¡Mamá, tengo ganas de ir!"-, exclamó Nico con entusiasmo. A Nico le gustaba usar pañales, porque le hacían sentir seguro, y había decidido que los usaría un poco más en ese viaje.

Cuando llegaron al centro comercial, Ana dijo: "Nico, ¿quieres que te cambie el pañal antes de entrar?"-. Sin embargo, al revisar su bolso, se dio cuenta de que no había pañales. "Oh no, me olvidé de traer más pañales. ¿Qué vamos a hacer ahora?"- dijo Ana, preocupada.

Nico, que ya había hecho popó en su pañal, sonrió y dijo: "¡Está bien, mami! No pasa nada. ¡Vamos a comprar cosas!"-

Ana dudó un momento, pero la sonrisa de Nico le dio el valor necesario para continuar. Pensó que sería un viaje corto y que podría cambiarlo más tarde.

Mientras paseaban por el centro comercial, Nico se sentía feliz y lleno de energía. Pero su pañal comenzó a incomodarlo cada vez más. En medio de esto, una amable señora llamada Clara, que estaba en la tienda de juguetes, lo vio.

"¡Qué niño tan adorable!"-, exclamó mientras se acercaba.

Clara pensó que Nico era un bebé porque llevaba un pañal. En un abrir y cerrar de ojos, lo tomó de la mano y lo llevó a la sección de juguetes. "¡Ven, bebé! ¡Vamos a elegir un juguete!"- dijo Clara, sonriendo. Nico, un poco sorprendido, miró a su mamá y vio que ella estaba algo confundida.

Ana gritó a Clara desde lejos: "¡Disculpe, señora! ¡Ese es mi hijo!"- pero Clara no escuchó.

Clara le puso un chupón a Nico como si fuera un verdadero bebé. "¡Mira, ya tienes un chupón! ¡Qué lindo te queda!"- dijo, felices sin saber que Nico no estaba del todo cómodo.

Nico comenzó a sentirse incómodo y dijo: "¡Pero no soy un bebé!"-

La señora respondía con una risa: "Oh, claro que lo eres. ¡Mira este peluche! ¡Es todo tuyo!"-

Mientras tanto, Ana se apresuró a alcanzarlos y, con un tono amable pero firme, le dijo a Clara: "Disculpe, señora. Quiero presentarle a Nico. ¡Es un niño muy especial!"- Cuando Clara escuchó a Ana y vio la mirada preocupada de Nico, se dio cuenta de su error. "Oh, lo siento mucho, no quería asustarte, pequeño. Solo pensé que eras un bebé. ¡Eres tan adorable!"-

Nico sonrió, sintiéndose un poco más seguro, aunque todavía deseaba que su pañal fuera cambiado.

"Está todo bien, señora. Solo necesito ayuda para cambiarme"- dijo Nico.

Clara, que ahora entendía la situación, ofreció su ayuda: "¡Claro! ¿Te gustaría encontrar un lugar para que tu mamá te cambie?"- Al ver la emoción de Nico, todos se dirigieron hacia el baño, donde Ana pudo ayudar a Nico a estar más cómodo.

Al salir, Nico se sintió mucho mejor. "¡Gracias, señora Clara!"- dijo él.

Clara sonrió: "De nada, pequeño rey. Recuerda que todos somos únicos, y a veces podemos hacer cosas que confunden a otros. Siempre es bueno ser tú mismo"-.

Después de eso, Nico eligió un juguete maravilloso y pasó un día muy especial junto a su mamá y la nueva amiga, Clara. Aprendió que no importa cómo te sientas o lo que lleves, lo más importante es ser auténtico y comunicarte con los demás. En el viaje de regreso a casa, Nico miraba por la ventana del auto mientras pensaba: "Soy grande y único, y eso está bien"-.

Desde ese día, Nico se sintió orgulloso de ser él mismo, y nunca más volvió a dudar en expresar lo que realmente quería. Aunque todo había comenzado de una forma confusa y graciosa, el día terminó siendo una maravillosa aventura.

FIN.

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