El Gran Viaje de NiÑO BA
Era un hermoso día soleado en la ciudad de Buenos Aires. NiÑO BA estaba emocionado porque, por primera vez, iba a dar un paseo en su auto nuevo, un pequeño coche de juguete que su papá le había regalado. NiÑO BA subió al auto, colocó su gorra y dijo:
- ¡Estoy listo para la aventura!
Prendió el motor, que hacía un ruido muy divertido, y salió disparado por el jardín. Mientras avanzaba, soñaba con todos los lugares increíbles que podría visitar. Decidió que iría al Parque 3 de Febrero, uno de sus lugares favoritos.
Pero cuando llegó a la puerta, de repente, el auto se detuvo. NiÑO BA se asustó y dijo:
- ¿Qué pasó? ¡No puede ser! ¡Quiero seguir!
Mira hacia el tablero y se da cuenta de que la batería estaba baja. Frustrado, exclamó:
- ¡No puede ser! Justo ahora que empezaba la aventura.
Pero no estaba solo. Su amiga Lili, que pasaba por ahí en su bicicleta, lo vio preocupado.
- ¿Todo bien, NiÑO BA?
- No, mi auto se quedó sin batería y no puedo llegar al parque.
Lili, que siempre había sido muy ingeniosa, sonrió y le dijo:
- ¡Eso no es un problema! Podemos hacer una carrera de bicicletas hasta el parque.
NiÑO BA pensó que podría ser una buena idea, así que aceptó. Los dos amigos se pusieron en marcha. Mientras pedaleaban, Lili le preguntó:
- ¿Sabías que correr en bicicleta es una excelente forma de hacer ejercicio y cuidar del medio ambiente?
- ¡No lo sabía! ¡Qué genial! – respondió NiÑO BA entusiasmado.
El camino al parque estaba lleno de sorpresas. Pasaron por una plaza donde un grupo de niños estaba jugando a la pelota. NiÑO BA miró con ganas y dijo:
- ¿Te imaginas jugar un rato? Pero si llegamos tarde al parque, ya no habrá sol.
- Tienes razón, vamos rápido y después jugamos un rato antes de volverse – contestó Lili.
Finalmente, después de un divertido viaje lleno de risas, llegaron al Parque 3 de Febrero, donde se encontraron con amigos. A todos les contaron cómo habían llegado. Cuando todos supieron que NiÑO BA se había quedado sin batería, comenzaron a hacer bromas sobre ello.
- ¡NiÑO BA y su auto miedoso! – gritaban entre risas.
Pero en vez de enojarse, NiÑO BA comenzó a reír también. Y al ver que todos se divertían, se sintió bien. Se dio cuenta de que, aunque su auto no funcionó como quería, siempre podía contar con sus amigos.
Pasearon, jugaron a la pelota y disfrutaron de la tarde. Después de un buen rato, decidieron que sería hora de volver a casa. Mientras regresaban, NiÑO BA reflexionó:
- Aunque no pude usar mi auto, hoy fue un día increíble. Aprendí que a veces, los planes no salen como uno quiere, pero lo importante es disfrutar el momento con amigos.
Al llegar a su casa, le contó a su papá la aventura que había tenido y cómo había aprendido la importancia de no rendirse y hacer nuevos amigos en el camino.
La noche llegó y NiÑO BA se acomodó en su cama, sonriendo mientras pensaba en su próximo gran viaje.
- Mañana haré que mi auto funcione mejor, ¡y quizás exploremos nuevos lugares! – se dijo a sí mismo.
Y así, con la cabeza llena de sueños y la calidez de la amistad, NiÑO BA se quedó dormido, preparado para nuevas aventuras.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.