El Gran Viaje de Pepito el Pajarito



Érase una vez, en un bosque lleno de colores, un pequeño pajarito llamado Pepito. Pepito era un pajarito curioso y soñador que deseaba volar más allá de los árboles y conocer el mundo.

Un hermoso día, mientras el sol brillaba en el cielo, Pepito decidió que era el momento de emprender su gran aventura. Se despidió de su mamá, que le decía:

"¡Ten cuidado, Pepito! No te alejes demasiado."

Pepito contestó con entusiasmo:

"No te preocupes, mamá. Prometo regresar pronto."

Durante su vuelo, Pepito conoció a un conejo llamado Lucas que estaba buscando algo.

"Hola, Pepito. ¿A dónde vas?" preguntó Lucas.

"¡Voy a conocer el mundo!" respondió Pepito.

"¿Puedo ir contigo? Estoy buscando mi zanahoria favorita."

"¡Claro! Juntos seremos más fuertes. Vamos a encontrar tu zanahoria."

Mientras volaban y saltaban, llegaron a un lindo huerto lleno de verduras. Pepito vio muchas zanahorias, pero no la que buscaba Lucas.

"Mira, Lucas, hay tantas zanahorias. ¿Cuál es la tuya?"

Lucas miró y dijo:

"Es una zanahoria muy grande y de color naranja brillante, no se parece a las demás."

Ambos comenzaron a buscar, pero no la encontraban.

De repente, un gran búho, llamado Don Sabio, se posó en una rama cercana.

"¿Qué hacen ustedes, pequeños amigos?" preguntó con voz profunda.

"Estamos buscando la zanahoria de Lucas, pero no la encontramos!" dijo Pepito, un poco preocupado.

"Quizás necesiten algo de ayuda. La zanahoria está en el otro lado del río. ¿Saben nadar?"

"¡No!" exclamaron Pepito y Lucas a coro.

Don Sabio sonrió y dijo:

"No se alarmen. Tengo una idea. Sigan mis pasos."

El búho voló sobre el río, y los pequeños amigos lo siguieron. Desde la orilla, Don Sabio les indicó cómo usar las hojas grandes que flotaban.

"Utilicen estas hojas como botes para cruzar. ¡Es divertido!"

Ambos se subieron a las hojas y comenzaron a andar sobre el agua. Rieron y se divirtieron mientras cruzaban.

Por fin, llegaron al otro lado y encontraron un campo lleno de zanahorias. Lucas se emocionó muchísimo y gritó:

"¡Ahí está!"

Lucas fue corriendo hacia la zanahoria más grande que había visto.

"¡Gracias, Pepito y Don Sabio! No lo hubiera encontrado sin ustedes."

"Lo logramos juntos," dijo Pepito contento.

Con la zanahoria en su mano y una gran sonrisa, Lucas se volvió a Pepito.

"¿Vamos a seguir el viaje?"

"Sí, aunque creo que deberíamos llevarte a casa primero."

"¡Pero no puedo esperar para contarles a todos sobre nuestra aventura!"

Y así, los tres amigos volvieron volando y saltando hacia casa, riendo y disfrutando cada momento juntos. Pepito se dio cuenta de lo importante que era tener amigos y ayudarse unos a otros en el camino de sus sueños.

"¡Nunca estaré solo en mi aventura!"

FIN.

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