El Gran Viaje del Arca de Noé
Era un día soleado en un pequeño pueblo, donde Noé y su familia vivían en armonía con la naturaleza. Un día, mientras Noé estaba trabajando en su jardín, escuchó un murmullo entre los árboles.
"¡Noé, ven rápido!" - gritó su esposa, Ana, desde la puerta de la casa.
Noé se acercó corriendo y vio una escena peculiar: una serpiente y un ratón estaban conversando amigablemente. A su alrededor, se reunían más animales en parejas: un león y una leona, dos aves coloridas, e incluso dos tortugas lentas pero decididas.
"¡Noé, tenemos que hablar contigo!" - dijo la serpiente, alzando la voz para que todos la escucharan. "Nos hemos dado cuenta de que viene una gran tormenta y tenemos que prepararnos antes de que sea demasiado tarde."
Noé, sorprendido, preguntó: "¿Cómo saben que viene una tormenta?"
"Lo hemos sentido en el aire y las nubes se ven muy oscuras", explicó el ratón con sus ojos grandes y temerosos.
Todo el grupo se reunió y comenzaron a discutir. Noé, con su gran corazón, decidió construir un arca para que los animales pudieran refugiarse del temporal.
"Si todos trabajan juntos, podemos hacerlo", sugirió Ana, con una sonrisa esperanzadora.
Los animales se emocionaron con la idea y se pusieron a trabajar de inmediato. El león, con su fuerza, ayudó a cargar troncos, mientras que las aves se encargaban de traer hojas grandes que servirían como techo. Las tortugas, aunque lentas, eran muy detallistas y se aseguraban de que cada rincón estuviera bien construido.
Un par de días después, el arca estaba lista. Noé miró con orgullo la obra hecha por todos. "¡Hemos trabajado en equipo! Ahora, vámonos a un lugar seguro."
El cielo comenzó a oscurecerse y el viento a soplar. Todos subieron al arca, y en ese momento, la tormenta comenzó. Pero en lugar de miedo, todos estaban felices por haber colaborado y haber hecho un lugar seguro.
Ya dentro del arca, Noé preguntó: "¿Cómo vamos a asegurarnos de que todos estén cómodos aquí?"
La leona, que era muy observadora, respondió: "Podemos turnarnos para contar historias. Así, todos podremos distraernos de la tormenta."
Rápidamente, todos eligieron su lugar y comenzando a contar historias. La tortuga compartió una leyenda sobre la paciencia, mientras que el ratón habló de su aventura en el gran campo. La alegría llenaba el arca, y todos se sentían una gran familia.
Pero entonces, un rayo apareció en el cielo y generó un gran estruendo. Las parejas de animales se asustaron y comenzaron a murmurar.
"¿Y si la tormenta nunca termina?" - exclamó un pájaro asustado.
Noé, viendo la preocupación en los ojos de sus amigos, decidió intervenir. "Escuchen, amigos. Esta tormenta es solo una prueba. Como nosotros trabajamos juntos para construir el arca, también debemos unirnos en momentos difíciles. ¡Juntos somos más fuertes!"
Las palabras de Noé resonaron en los corazones de todos, y pronto se calmaron. Después de muchas historias y risas, la tormenta comenzó a amainar.
Pasaron los días, y cuando la lluvia finalmente cesó, todos salieron del arca. El sol brillaba y un hermoso arcoíris apareció en el cielo.
Las parejas de animales se miraron entre sí, agradecidos. "¡Lo logramos juntos!" - gritaron y comenzaron a bailar en el nuevo mundo lleno de colores.
Noé y su familia sonrieron, sabiendo que en la adversidad habían encontrado la fuerza del trabajo en equipo y la amistad. Esa fue una lección que nunca olvidarían.
"¡Ahora, a disfrutar de la vida!" - dijo Noé, mirando a todos con amor.
Desde ese día, los animales y la familia de Noé vivieron en armonía, recordando siempre que juntos podían enfrentar cualquier tormenta. Y así, el arca no solo fue un refugio, sino el lugar donde nació una gran amistad entre ellos.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.