Era un día soleado en el país de las Figuras Geométricas.
El cuadrilátero, con sus lados rectos y esquinas bien definidas, decidió salir a dar un paseo por el campo.
Caminaba contento, disfrutando de la brisa fresca, cuando de repente se encontró con su amigo el triángulo, que estaba muy preocupado.
- "¡Hola, Triángulo!
¿Qué te pasa?
Pareces muy preocupado.
"
- "Hola, Cuadrilátero.
Estoy buscando mi perímetro y no sé cómo hallarlo.
Es como si estuviera perdido en un laberinto de líneas y ángulos.
"
El cuadrilátero se sintió identificado.
- "¡Yo también!
Hace tiempo que estoy tratando de averiguar mi perímetro, pero no tengo ni idea por dónde empezar.
"
Ambos amigos decidieron unir sus fuerzas y emprendieron un viaje para encontrar la manera de calcular sus respectivos perímetros.
Caminando por un sendero de líneas rectas y curvas, llegaron a un mágico bosque de Figuras.
Allí, se encontraron con el sabia Circulo.
- "Hola, amigos.
¿Qué les trae por aquí?"
- "Estamos buscando nuestros perímetros, pero no logramos encontrarlos," explicó el triángulo.
- "Les ayudaré.
Para calcular el perímetro de una figura, deben sumar todos sus lados," dijo el círculo con una sonrisa.
- "¿Todos los lados?
Pero, ¿y si no los tengo claro?" preguntó el cuadrilátero con una expresión de confusión.
- "¡No se preocupen!
Aquí está el consejo: tomen un papel y un lápiz.
Ese es el primer paso para hallar sus perímetros.
"
Con renovada energía, el cuadrilátero y el triángulo se sentaron.
Empezaron a medir sus lados: el cuadrilátero tenía cuatro lados, mientras que el triángulo tenía tres.
- "Esto es más fácil de lo que pensaba!", exclamó el cuadrilátero.
- "Y pensar que estuve tan angustiado por esto," dijo el triángulo aliviado.
Así, el cuadrilátero sumó sus lados, contando con entusiasmo:
- "Lado 1: 5 unidades, Lado 2: 7 unidades, Lado 3: 5 unidades y Lado 4: 7 unidades.
Eso da.
.
.
¡24 unidades!"
El triángulo también se puso manos a la obra:
- "Lado 1: 3 unidades, Lado 2: 4 unidades, Lado 3: 5 unidades.
Entonces, eso da.
.
.
¡12 unidades!"
Ambos amigos saltaron de alegría al darse cuenta que habían encontrado sus perímetros.
- "¡Lo logramos, Triángulo!" gritó el cuadrilátero.
- "Sí, y gracias al Círculo que nos ayudó a ver las cosas con claridad.
"
Con sus nuevos conocimientos, decidieron contarle a todos sus amigos del bosque sobre la importancia de sumar.
Pero antes de marcharse, el Círculo les hizo una advertencia.
- "Recuerden, amigos, que aprender es un viaje.
Siempre habrá nuevos desafíos, pero lo importante es que nunca dejen de aprender y preguntar.
¡Hasta pronto!"
El cuadrilátero y el triángulo se despidieron del círculo y emprendieron el camino de vuelta, felices, sabiendo que el aprendizaje es un regalito que se puede llevar siempre.
Y así, cada vez que se sentían perdidos, recordaban que preguntar a los amigos puede traer la luz necesaria para hallar el camino correcto.