El Gran Viaje Digestivo de Luli y Tomi



Era una mañana soleada y Luli y Tomi, dos compañeros de 3ro de primaria, estaban en el recreo hablando sobre la tarea de Ciencias.

- ¿Te parece un poco aburrido aprender sobre el sistema digestivo? - preguntó Luli, haciendo una mueca.

- A mí me parece fascinante, ¡pero no entiendo bien cómo funciona! - respondió Tomi, rascándose la cabeza.

De repente, una esfera brillante flotó sobre ellos. Era una esfera mágica que parecía un globo terráqueo, pero con colores vibrantes.

- ¡Hola, chicos! Soy Digestus, el explorador del Sistema Digestivo. ¿Quieren dar un paseo por dentro del cuerpo humano? - exclamó la esfera.

Luli y Tomi se miraron entre sí, sorprendidos y emocionados a la vez.

- ¡Sí, queremos! - gritaron al unísono.

La esfera les sonrió y, en un abrir y cerrar de ojos, los transportó a lo más profundo del cuerpo de un ser humano.

Estaban en un largo túnel. Al mirar a su alrededor, se dieron cuenta de que las paredes eran de un color cremoso.

- Esto es el esófago, - dijo Digestus. - Aquí es donde la comida baja después de tragarla.

- ¡Qué loco! - exclamó Luli. - Me imaginaba que sería más oscuro.

- ¡Sí! ¡Y veo que se mueve! - comentó Tomi, asombrado.

De repente, llegaron a un lugar amplio y brillante

- Este es el estómago, - explicó Digestus. - Aquí la comida se mezcla con jugos gástricos para convertirse en una especie de sopa.

- ¡Mirá cómo burbujea! - dijo Luli, mirando con curiosidad.

Mientras observaban, un grupo de pequeñas criaturas apareció.

- Somos los ácidos gástricos y enzimas. Venimos a ayudar a descomponer la comida - dijeron, haciendo movimientos curiosos.

- ¡Qué divertido! - rió Tomi. - Parecen bailarines.

Los ácidos comenzaron a mezclar la comida, y Luli y Tomi estaban tan fascinados que no notaron que la esfera los estaba llevando a una nueva parte del viaje.

- Ahora vamos al intestino delgado, - anunció Digestus, y aparecieron en un tubo largo y enrollado.

- ¡Este lugar es gigante! - gritó Luli.

- Y tiene un montón de pliegues - agregó Tomi.

- Sí, aquí la comida se digiere aún más y los nutrientes son absorbidos por el cuerpo - explicó Digestus.

Mientra observaban, notaron que pequeños agujeros en las paredes del intestino absorbían los nutrientes y los enviaban a una gran viajante.

- ¿Dónde van esos nutrientes? - preguntó Luli.

- Van hacia el torrente sanguíneo y de ahí a todas las células del cuerpo. - explicó Digestus.

Entonces, un pequeño ventilador se encendió y los chicos comenzaron a flotar.

- ¿Qué está pasando? - gritó Tomi.

- Es el movimiento peristáltico, - respondió Digestus, riendo. - Permite que los alimentos sigan su camino.

Después de un emocionante viaje por el intestino delgado, se acercaron a una parte más ancha.

- ¡Bienvenidos al intestino grueso! - exclamó Digestus. - Aquí el agua se absorbe y hace que lo que queda se convierta en heces.

Luli hizo una mueca.

- Eso no suena tan divertido...

- Pero es importante, - dijo Tomi. - Sin esto, no podríamos eliminar lo que no necesitamos.

Digestus asintió.

- Exactamente. Cada parte del sistema digestivo tiene su labor, y todas son importantes.

Eran los últimos momentos de su viaje cuando sintieron una ligera vibración.

- Uh, se está moviendo - dijo Luli, curiosa.

- Sí, ¡vámonos! - exclamó Digestus.

De repente, los tres salieron disparados hacia un pequeño túnel.

- ¡Aaaah! - gritaron al unísono.

Pasaron por un par de curvas y de pronto, ¡surgieron a la superficie!

Estaban de vuelta en el patio de la escuela.

- ¡Wow, eso fue increíble! - exclamó Luli, aún conmocionada.

- Sí, ¡no puedo creer que hayamos visto el sistema digestivo! - dijo Tomi, con una sonrisa.

Digestus se quedó flotando entre ellos.

- Recuerden, cada vez que coman, piensen en todo el trabajo que hace su cuerpo para mantenerlos sanos y fuertes.

- ¡Gracias, Digestus! - gritaron.

El día siguió, pero Luli y Tomi nunca olvidaron su aventura única. Cada vez que hablaban de comida, sonreían y recordaban su emocionante viaje por el sistema digestivo.

FIN.

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