El Gran Vuelo de El Búho



En un frondoso bosque, donde los árboles eran tan altos que parecían tocar el cielo, vivía un búho llamado Búho. A diferencia de otros búhos, que eran conocidos por su sabiduría, Búho era un poco más... curioso. Le encantaba aprender sobre todo lo que sucedía a su alrededor y, aunque a veces se sentía distinto a los demás, siempre tenía un brillo en sus ojos.

Un día, mientras volaba a la sombra de las copas de los árboles, vio algo inusual en el claro del bosque. Era una gran nube de colores brillantes que atraía la atención de todos los animales. Intrigado, Búho se acercó para investigar.

"¿Qué es eso?" - preguntó el Búho a un grupo de ardillas que estaban reunidas cerca -.

"Es una nube mágica, dicen que quien la toque podrá cumplir un deseo" - respondió una de las ardillas saltando de emoción -.

El Búho sintió un cosquilleo en su corazón. Siempre había deseado volar más alto y ver el mundo desde arriba.

"¿Y cómo puedo tocarla?" - inquirió el Búho.

"Tienes que lanzarte desde la montaña más alta del bosque. Tienes que tener el valor de hacerlo" - aconsejó una anciana tortuga que pasaba por ahí.

Búho se sintió emocionado y asustado al mismo tiempo. La montaña era un lugar que nunca había visitado.

"¿Pero si no puedo volar tan alto?" - dudó Búho.

"Solo aquellos que se atreven a soñar y a intentarlo pueden alcanzar sus sueños. Puedes hacerlo, Búho" - afirmó la tortuga con voz firme.

Decidido a intentar, Búho se despidió de sus amigos y emprendió el viaje hacia la montaña. A medida que ascendía, se encontró con muchos animales que le dijeron que no lo intentara, pero él continuó.

"No tengas miedo, Búho. Tú puedes lograrlo" - se repetía a sí mismo para ganar confianza.

Al llegar a la cima, el viento soplaba fuerte y helado. El Búho miró hacia el abismo y a su alrededor, sus alas temblando un poco. En ese momento, sintió que podría darse por vencido, pero recordó las palabras de la tortuga y a sus amigos.

"Debo intentarlo" - se dijo a sí mismo, y de repente, un nuevo impulso de valentía creció en su interior.

"¡Aquí voy!" - gritó mientras se lanzaba al aire.

Los primeros momentos fueron aterradores. Caía en picada, pero luego, con un movimiento de sus alas, comenzó a planear. Su corazón latía rápido, pero se sentía libre. A medida que se elevaba en el aire y las corrientes de viento lo llevaban más alto, vio toda la belleza del bosque desde arriba.

"¡Lo estoy logrando!" - exclamó emocionado, disfrutando cada segundo del vuelo.

Sin embargo, de repente, notó que la nube mágica estaba más lejos de lo que pensaba.

"No alcanzo a tocarla" - se lamentó, sintiéndose un poco desanimado.

Pero entonces, recordó que el viaje era más importante que el destino.

"Aunque no logre tocar la nube, he hecho algo increíble: ¡he volado alto!" - pensó, y eso lo hizo sonreír.

Al regresar al suelo, sus amigos lo recibieron con alegría.

"¡Búho, estás lleno de emoción!" - le gritaron las ardillas -.

"Lo logré, amigos. ¡He volado más alto de lo que alguna vez había soñado!" - dijo Búho con una gran sonrisa.

"¿Y la nube?" - preguntó una ardilla con curiosidad.

"No pude tocarla, pero aprendí que lo importante es intentar" - respondió Búho con confianza.

Desde ese día, Búho se convirtió en un inspirador del bosque. Compartió su experiencia con todos, enseñando a los demás que a veces, los sueños no se cumplen como uno espera, pero el valor de intentarlo es lo más valioso de todos.

Búho nunca dejó de volar alto y de seguir explorando, sabiendo que el verdadero deseo que cumplió ese día fue el de descubrir su propia valentía.

FIN.

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