El grano de arroz gigante


llamada Anita, que vivía en una pequeña colonia en el jardín de una casa. Anita era muy trabajadora y siempre estaba ocupada recolectando comida y cuidando a sus hermanas más jóvenes.

Un día, mientras Anita buscaba alimento, se encontró con un grano de arroz enorme. Intentó levantarlo sin éxito, pero no quería rendirse. Se acercó a sus amigas hormigas para pedir ayuda, pero todas estaban demasiado ocupadas con sus tareas diarias para ayudarla.

Anita decidió entonces buscar ayuda fuera de la colonia.

En su camino se encontró con diferentes animales del jardín: un saltamontes perezoso que no quiso ayudarla; una abeja muy atareada que le dio algunos consejos; y finalmente un caracol sabio que le dijo: "No te rindas, busca otras hormigas que te puedan ayudar". Siguiendo el consejo del caracol, Anita se dirigió a otra colonia cercana donde conoció a Lucas, una hormiga fuerte y valiente dispuesta a ayudarla.

Juntos lograron llevar el grano de arroz hasta su hogar. Pero la historia no termina allí. Después de este evento Anita aprendió la importancia de pedir ayuda cuando lo necesitaba y también entendió la importancia del trabajo en equipo.

Con esta nueva mentalidad comenzó a colaborar más con las demás hormigas de su colonia y poco a poco fueron creciendo juntas como grupo.

Además, también comenzaron a hacer amistades con otras colonias cercanas y trabajando juntos pudieron construir un hogar más grande y seguro para todos. La moraleja de esta historia es que siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos si lo pedimos, y que el trabajo en equipo y la colaboración son fundamentales para lograr grandes cosas.

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