El Guardián de las Capillas
En un pequeño pueblo llamado Río Puerto Tranquilo, vivía una niña muy curiosa y soñadora llamada Sofía. Sofía se pasaba los días explorando los alrededores y descubriendo la belleza del lugar. Un día, su mamá decidió llevarla a conocer un lugar mágico: las capillas de mármol, unas formaciones rocosas que parecían esculturas naturales en el agua del lago.
"Mamá, ¿cuándo llegamos?" - preguntó Sofía, emocionada.
"Ya casi, amor. ¿Ves ese brillo en el agua? Estamos muy cerca" - respondió su mamá, sonriendo.
Cuando llegaron, Sofía quedó maravillada. Las formaciones tejían un paisaje de ensueño, y la luz del sol reflejaba un arcoíris sobre el agua. Después de pasear un rato, Sofía se sintió cansada y decidió descansar bajo un árbol, mientras su mamá continuaba explorando.
Cerró los ojos y se quedó dormida. En su sueño, Sofía se encontraba en un bosque mágico, lleno de árboles altos y flores de colores. De repente, vio aparecer un perro juguetón con un hermoso pelaje dorado.
"¡Hola!" - dijo el perro con una voz amistosa "Soy Brigo, el guardián de este lugar. Aquí todos los animales y plantas están protegidos por seres que cuidan de ellos."
Sofía, sorprendida, le contestó:
"¿Guardas este bosque? ¡Es hermoso! Me encantaría tener un perro como vos."
Brigo movió la cola emocionado y le dijo:
"Cada uno de nosotros tiene un papel importante que jugar. Yo se cuido de que todo esté en armonía. ¿Te gustaría ser una guardiana como yo?"
Sofía, contenta con la propuesta, asintió con la cabeza. En su mente, comprendió que cuidar la naturaleza era fundamental y que todos podíamos ayudar, incluso desde casa. Juntos, comenzaron a correr por el bosque, jugando y saltando entre los árboles, mientras Brigo le mostraba los secretos de la naturaleza: cómo cuidar a los animales, sembrar flores y respetar el entorno.
De repente, Sofía escuchó un sonido extraño. Era como un crujido, y cuando miró hacia atrás, vio un grupo de animales asustados.
"¿Qué les pasa?" - preguntó Sofía con preocupación.
Brigo respondió:
"Hay una tormenta que se acerca, debemos llevarlos a un lugar seguro. ¡Vamos!"
Juntos, Sofía y Brigo guiaron a los animales hacia un refugio seguro. Con cada paso, Sofía aprendía más sobre la importancia de ayudar a los seres que nos rodean.
De pronto, un rayo iluminó el cielo, y Sofía se despertó. Al abrir los ojos, se dio cuenta de que estaba de vuelta en las capillas de mármol. Pero cuando miró al frente, vio algo que la sorprendió: en una de las murallas de mármol, había una sombra que le recordaba a su amigo Brigo, el perro del bosque.
"¡Mamá! Mira, parece que un perro cuida este lugar. ¿Viste?" - exclamó Sofía emocionada.
"Es hermoso, Sofía. ¿Soñaste con él?" - le dijo su madre con una sonrisa.
Sofía asintió, recordando todas las aventuras que había vivido en su sueño. En ese momento, comprendió que el perro de mármol era un símbolo: el símbolo de la naturaleza que necesitaba protección. Prometió a su mamá que harían todo lo posible por cuidar del medio ambiente.
"Vamos a contarle a todos sobre Brigo y lo importante que es cuidar la Patagonia. ¡Podemos hacer una campaña!" - propuso Sofía.
"Gran idea, Sofía. El primer paso para cuidar nuestra naturaleza es enseñar a otros a amarla" - respondió su mamá con orgullo.
Y así, Sofía y su mamá volvieron a Río Puerto Tranquilo, llenas de ideas y energía, listas para ser las guardianas de su entorno. Desde ese día, Sofía no solo soñó con un perro, sino que se convirtió en una verdadera guardiana de la naturaleza, inspirando a otros a cuidar de su hermoso hogar en la Patagonia chilena.
FIN.