El guardián de los sueños


Renzo era un niño muy valiente, siempre estaba dispuesto a explorar nuevos lugares y aventurarse en la naturaleza. Sin embargo, cuando llegaba la noche, sentía un gran temor de dormir solo en su habitación.

La oscuridad lo asustaba y cualquier sonido extraño lo hacía saltar de su cama. Sus padres intentaron calmarlo, pero no importaba cuántas veces le dijeran que no había nada que temer, Renzo seguía sintiendo miedo.

Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, se encontró con una ardilla muy simpática llamada Coco. Coco era muy curiosa y le encantaba hacer preguntas a todos los niños del parque. - Hola Renzo -dijo Coco-. ¿Cómo estás? - Estoy bien -respondió Renzo-.

Pero tengo mucho miedo de dormir solo en mi habitación. - Ohh -dijo Coco-. Eso es porque no conoces al guardián de los sueños. - ¿El guardián de los sueños? -preguntó Renzo curioso. - Sí -respondió Coco-.

Es un ser mágico que vive dentro de cada uno de nosotros y nos protege mientras dormimos para que tengamos dulces sueños. Pero para encontrarlo tienes que cerrar tus ojos e imaginarlo en tu mente.

¿Quieres intentarlo? Renzo asintió con la cabeza y cerró sus ojos fuertemente. Imaginó al guardián de los sueños como un pequeño hombre vestido con una capa azul brillante y una varita mágica dorada.

De repente, sintió una sensación cálida en su pecho y supo que había encontrado al guardián de los sueños. - ¿Lo encontraste? -preguntó Coco emocionada. - Sí -respondió Renzo con una sonrisa-. Es un pequeño hombre vestido con una capa azul y tiene una varita mágica dorada.

Coco aplaudió emocionada y le dijo a Renzo que el guardián de los sueños lo protegería mientras dormía.

Le recomendó que cada noche antes de dormir, cerrara sus ojos e imaginara al guardián de los sueños para poder tener dulces sueños sin miedo. Renzo siguió el consejo de Coco y cada noche antes de dormir imaginaba al guardián de los sueños en su mente.

Con el tiempo, su miedo desapareció por completo y se convirtió en uno de los niños más valientes del barrio. Desde ese día, Renzo aprendió que todos tenemos un guardián dentro de nosotros que nos protege mientras dormimos. Solo necesitamos imaginarlo en nuestra mente para sentirnos seguros y tranquilos.

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