El guardián de Verdegracia
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Verdegracia, un niño llamado Mateo que amaba jugar al aire libre. Todos los días salía a recorrer el bosque cercano a su casa, lleno de árboles frondosos y animales curiosos.
Un día, mientras caminaba por el bosque, Mateo se encontró con un grupo de ardillas que parecían estar muy preocupadas. Se acercó a ellas y les preguntó qué sucedía.
Una de las ardillas le explicó que últimamente habían estado sintiendo molestias en sus ojos y pulmones debido a la contaminación del aire provocada por los residuos que algunas personas arrojaban en el bosque.
Mateo se entristeció al escuchar esto y decidió ayudar a las ardillas y a todos los demás seres vivos del bosque. Se puso manos a la obra y comenzó a limpiar el bosque, reagarrando la basura y separándola para reciclarla correctamente.
Pronto, otros niños del pueblo se unieron a Mateo en su misión de cuidar el medio ambiente. Juntos plantaron árboles, instalaron contenedores de reciclaje y organizaron campañas para concienciar a las personas sobre la importancia de mantener limpio el bosque.
Un día, mientras Mateo y sus amigos estaban limpiando una zona cerca del río, descubrieron que el agua estaba muy sucia y llena de desechos tóxicos que ponían en peligro la vida de los peces y otras criaturas acuáticas. Alarmados por lo que veían, decidieron investigar la causa de esa contaminación.
Después de indagar un poco, descubrieron que una fábrica cercana estaba vertiendo ilegalmente sus desechos químicos en el río durante la noche.
Sin dudarlo ni un segundo, Mateo y sus amigos informaron a las autoridades locales sobre lo que estaban haciendo. Gracias a la valentía y determinación de Mateo y los demás niños, la fábrica fue clausurada y se tomaron medidas para limpiar el río y evitar futuros vertidos contaminantes.
Desde ese día, Mateo se convirtió en un héroe en Verdegracia. Gracias a su esfuerzo por cuidar el medio ambiente, logró preservar la salud no solo de los animales del bosque sino también de todos los habitantes del pueblo.
Y colorín colorado este cuento ha enseñado que cuidar el medio ambiente es responsabilidad de todos ¡Incluso de los más pequeños!
FIN.