El guardián del bosque


Había una vez un espíritu sabio y silencioso que se encargaba de proteger todos los bosques y selvas del mundo. Este espíritu se preocupaba mucho por la naturaleza y por todas las criaturas que habitaban en ella.

Un día, el espíritu decidió hablar con algunos cazadores y leñadores que estaban causando daño en el bosque. "Buenos días, amigos", dijo el espíritu. "Me preocupa mucho ver cómo están lastimando a los animales y las plantas de este lugar".

Los cazadores y leñadores se sorprendieron al escuchar al espíritu hablar, pero decidieron escuchar lo que tenía que decirles. "Quiero que se pongan en el lugar de los animales", continuó el espíritu.

"Imaginen si alguien viniera a su casa y comenzara a destruir todo lo que tienen. ¿Cómo se sentirían?"Los cazadores y leñadores no habían pensado en eso antes, pero comenzaron a darse cuenta del daño que estaban causando. Ellos prometieron ser más cuidadosos en adelante.

Sin embargo, un día uno de los cazadores decidió desobedecer la promesa hecha anteriormente y mató a un hermoso ciervo para vender su piel. El espíritu estaba muy triste cuando descubrió lo sucedido.

"Amigo cazador, has hecho algo muy malo", dijo el espíritu con lágrimas en sus ojos. "Has tomado la vida de una criatura inocente sin ninguna razón justificable". El cazador se sintió avergonzado por lo sucedido y le pidió perdón al espíritu.

"Quiero que recuerdes esto", dijo el espíritu. "Todos somos parte de la naturaleza y debemos respetarla. Si seguimos lastimando a los animales y las plantas, algún día no habrá nada más que proteger".

El cazador entendió la moraleja del espíritu y prometió nunca más volver a lastimar a ningún ser vivo.

Desde ese día en adelante, todos los cazadores y leñadores aprendieron a valorar la vida de las criaturas del bosque y se comprometieron a cuidar el medio ambiente para mantenerlo sano y próspero. Y así fue como el sabio espíritu logró enseñar una importante lección sobre cómo cuidar nuestro planeta para generaciones futuras.

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