El guardián del bosque y el cazador amigo


Había una vez en un bosque muy lejano un valiente cazador llamado Juan, que se había propuesto atrapar al lobo más astuto de la región.

Armado con su arco y flechas, recorría los senderos del bosque en busca de su presa. Un día, mientras seguía las huellas frescas del lobo, Juan llegó a un claro en el bosque y se encontró con algo inesperado: ¡un dinosaurio! El dinosaurio era grande y verde, con enormes garras y dientes afilados.

Juan se quedó boquiabierto ante semejante criatura prehistórica. "¡Pero qué es esto!", exclamó Juan sorprendido. El dinosaurio lo miró con curiosidad y le dijo:"Hola, soy Dino.

¿Qué haces por aquí?"Juan no podía creer lo que veían sus ojos. Nunca había imaginado encontrarse con un dinosaurio en pleno siglo XOI. "Soy Juan, un cazador. Estaba buscando a un lobo, pero parece que me he encontrado contigo en su lugar", respondió Juan todavía incrédulo.

Dino sonrió amigablemente y le explicó a Juan que él era el guardián del bosque y protegía a todas las criaturas que vivían allí.

Le contó cómo había viajado en el tiempo desde la era de los dinosaurios para cumplir esa importante misión. Juan quedó impresionado por la historia de Dino y decidió dejar de ser cazador para convertirse en amigo de todas las criaturas del bosque. Juntos exploraron cada rincón del lugar, descubriendo plantas exóticas, cascadas cristalinas y animales increíbles.

Con el paso de los días, Juan aprendió mucho sobre la importancia de respetar a la naturaleza y a todas las formas de vida que habitan en ella.

Se dio cuenta de que no era necesario cazar para sentirse valioso; bastaba con cuidar y apreciar la belleza del mundo que los rodeaba. Un día, mientras caminaban por el bosque, escucharon un aullido lejano. Era el lobo al que Juan había estado siguiendo desde hace tanto tiempo.

Pero esta vez, en lugar de querer atraparlo, Juan decidió acercarse pacíficamente al lobo para mostrarle que podían convivir juntos en armonía.

El lobo olfateó a Dino y a Juan, y luego les lanzó una mirada amistosa antes de alejarse corriendo entre los árboles. Desde ese día, el lobo visitaba ocasionalmente a sus nuevos amigos sin temor alguno.

Así fue como Juan dejó atrás su vida como cazador para convertirse en protector del bosque junto a Dino y todas las criaturas que lo habitaban. A partir de entonces, vivieron muchas aventuras juntos enseñando a todos la importancia del respeto mutuo y la convivencia pacífica entre especies diferentes. Y colorín colorado este cuento ha terminado pero nuestra amistad ha comenzado.

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