El Guardián Nocturno



Había una vez un simpático búho llamado Waky, que vivía en un frondoso árbol en el jardín de una niña llamada Manuela.

El bosque donde vivía Waky estaba lleno de toda clase de animales y plantas, y era un hermoso lugar que parecía mágico durante el día. Pero por la noche, cuando todos los demás habitantes del bosque se iban a dormir, Waky debía asumir su papel de guardián nocturno.

Sin embargo, Waky no disfrutaba de ser un búho nocturno, ya que su deseo más grande era dormir plácidamente durante la noche. "¡Oh, Manuela! ¡No puedo ser el guardián nocturno si lo que más deseo es dormir!", se quejaba Waky.

Manuela, una niña intrépida y curiosa, entendía la dificultad de Waky y decidió buscar una solución. Junto con sus amigos del bosque, Manuela ideó un plan para que Waky pudiera descansar por las noches y, al mismo tiempo, el jardín estuviera protegido.

Aprovechando las habilidades únicas de cada animal, crearon un sistema de turnos para ser el guardián nocturno, de modo que Waky pudiera dormir cada cierta cantidad de noches. El zorro sería el guardián una noche, las ardillas al día siguiente, los conejos la siguiente, y así sucesivamente.

Con esta astuta solución, Waky podría dormir profundamente cada cierto tiempo mientras los demás animales asumían la responsabilidad de proteger el jardín.

Waky, emocionado y agradecido, aceptó este nuevo plan, sabiendo que su querida amiga Manuela había encontrado la forma perfecta de ayudarlo. Desde entonces, el jardín floreció aún más gracias a la vigilancia compartida de todos los animales y, lo más importante, Waky disfrutó de un merecido descanso nocturno.

Juntos aprendieron que con ingenio, cooperación y solidaridad, se pueden superar los desafíos más difíciles.

FIN.

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