El guerrero de Chilliguay en Rio Grande



Había una vez en un tranquilo poblado de Rio Grande, vivía un valiente guerrero llamado Tito. Tito era conocido por su habilidad con la espada y su valentía para proteger a su gente.

Un día, el jefe del poblado recibió noticias preocupantes: una tribu rival de Chilliguay amenazaba con atacarlos. El jefe convocó a Tito y le encomendó la misión de viajar a Chilliguay para buscar una solución pacífica.

-Tito, debes partir hacia Chilliguay y buscar una forma de evitar la guerra. Necesitamos paz, no queremos derramar más sangre-, le dijo el jefe con preocupación. Tito aceptó la misión con valentía y se puso en marcha hacia Chilliguay.

En su camino, Tito vivió grandes aventuras: ayudó a una familia de pajaritos a construir su nido, salvó a un oso de caer en un precipicio y compartió su comida con un pequeño zorro hambriento. Finalmente, llegó a Chilliguay, donde conoció al jefe de la tribu rival.

Después de una larga charla, Tito logró convencer al jefe de que la guerra solo traería sufrimiento para ambos pueblos, y juntos encontraron una solución pacífica.

De regreso en Rio Grande, Tito fue recibido como un héroe y su valentía y sabiduría se convirtieron en leyenda. Desde entonces, Chilliguay y Rio Grande vivieron en paz y armonía. La valentía y la compasión de Tito habían unido a dos pueblos antes enfrentados.

FIN.

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