El gusano carpintero
Había una vez, en un pequeño jardín, un gusano llamado Juanito. A diferencia de otros gusanos que pasaban el día comiendo hojas y arrastrándose por el suelo, Juanito tenía una gran pasión: la carpintería.
Desde muy pequeño, Juanito había sentido fascinación por las herramientas y la madera. Pasaba horas observando a los pájaros construir sus nidos y soñaba con poder hacer lo mismo algún día. Así que decidió convertir su hogar en una pequeña carpintería.
Juanito se levantaba todas las mañanas con una sonrisa en su rostro y se dirigía a su taller improvisado. Allí, rodeado de trozos de madera y herramientas diminutas, comenzaba a trabajar con entusiasmo en sus proyectos.
Con paciencia y dedicación, creaba sillas para mariquitas, mesas para hormigas e incluso camitas para los caracoles. Un día soleado, mientras trabajaba en una cama de madera para un escarabajo amigo suyo llamado Benjamín, llegó volando Lila la mariposa.
Lila era conocida por ser muy curiosa y siempre querer saber qué hacían los demás insectos del jardín. - ¡Hola Juanito! ¿Qué estás haciendo hoy? - preguntó Lila emocionada al verlo tan concentrado.
- Hola Lila - respondió Juanito sin dejar de lijar la madera -, estoy construyendo esta cama para Benjamín. Quiero que tenga un lugar cómodo donde descansar después de tanto volar. Lila quedó impresionada por el talento de Juanito y se acercó para ver más de cerca su trabajo.
Al observar los detalles y la dedicación que Juanito ponía en cada pieza, Lila se llenó de admiración.
- Juanito, eres realmente talentoso - exclamó Lila -, ¿alguna vez has pensado en mostrar tus creaciones a otros insectos del jardín? Juanito se detuvo un momento y miró a Lila con sorpresa. Nunca había considerado la idea de compartir su pasión con los demás.
Pero al escuchar las palabras de Lila, sintió cómo una chispa de emoción recorría su cuerpo. - ¡Tienes razón, Lila! Creo que es hora de mostrarle al mundo lo que puedo hacer - respondió Juanito emocionado. Así fue como Juanito decidió organizar una pequeña exposición en el jardín.
Preparó cuidadosamente todas sus creaciones y las colocó sobre hojas grandes para que todos pudieran apreciarlas. Invitó a todos los insectos del lugar y esperaba ansioso el día del evento.
El día llegó y el jardín se llenó de insectos curiosos por descubrir las maravillas que Juanito había creado. Todos quedaron asombrados al ver las minuciosas sillas, mesas y camitas hechas por el gusano carpintero. - ¡Es increíble! - exclamaban algunos -, nunca imaginé que un gusano pudiera ser tan talentoso en la carpintería.
Juanito estaba radiante de felicidad al ver cómo sus creaciones hacían sonreír a los demás insectos. Y así, gracias a su pasión por la carpintería, logró inspirar a otros a descubrir y desarrollar sus propios talentos.
Desde aquel día, Juanito siguió trabajando en su carpintería, pero ahora también enseñaba a otros insectos interesados en aprender.
El pequeño gusano había encontrado su verdadera vocación y se dio cuenta de que no hay límites para lo que uno puede lograr cuando hace lo que ama. Y así, con su dulce sonrisa y su pasión por la madera, Juanito el gusano se convirtió en un ejemplo de perseverancia y creatividad para todos los habitantes del jardín.
FIN.