El gusano Manzanito y sus amigos


Había una vez en un hermoso jardín, un gusano muy especial llamado Manzanito. Manzanito era un gusano comemanzanas que vivía en el manzano más grande y frondoso de todo el jardín.

Todos los días se despertaba temprano y recorría las ramas del árbol buscando las manzanas más sabrosas para comer. Un día, los niños del jardín, Juan y Sofía, descubrieron a Manzanito mientras jugaban bajo el manzano.

Se sorprendieron al verlo tan feliz comiendo las manzanas con tanta alegría. "¡Mira Sofi, es un gusano muy especial! Come las manzanas de una manera muy divertida", dijo Juan emocionado. Los niños decidieron acercarse a Manzanito y entablar una conversación con él. "Hola Manzanito, somos Juan y Sofía.

¿Cómo estás hoy?", preguntó curiosa Sofía. Manzanito levantó su cabecita llena de jugo de manzana y les respondió con una sonrisa en su carita peluda: "¡Hola chicos! Estoy muy contento porque hoy encontré la mejor manzana del árbol".

Los niños se emocionaron al escuchar a Manzanito hablar y decidieron pasar más tiempo con él para conocerlo mejor. Descubrieron que a pesar de ser pequeño, Manzanito tenía un gran corazón lleno de bondad y sabiduría.

Días después, una fuerte tormenta azotó el jardín dejando muchas ramas caídas por todas partes. El pobre Manzanito quedó atrapado bajo una rama pesada que le impedía moverse. Los niños, preocupados por su amigo gusano, corrieron a ayudarlo.

"¡Tranquilo Manzanito, te sacaremos de ahí!", exclamó Juan mientras intentaba levantar la rama junto a Sofía.

Con mucho esfuerzo lograron liberar a Manzanito y lo llevaron a un lugar seguro dentro de su casa de muñecas en el jardín para protegerlo de futuras tormentas. "Gracias chicos por salvarme", dijo emocionado Manzanito mientras secaba sus lágrimas de felicidad con sus patitas. Desde ese día, Manzanito se convirtió en el mejor amigo de Juan y Sofía.

Juntos compartían momentos inolvidables explorando el jardín y aprendiendo grandes lecciones sobre la importancia de la amistad, la solidaridad y el trabajo en equipo.

Y así, gracias al encuentro entre un gusano comemanzanas especial llamado Manzanito y dos valientes niños llamados Juan y Sofía, el jardín floreció aún más con amor y compañerismo para siempre jamás.

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