El hada del abuelo perdido
Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Ana que estaba muy triste porque acababa de perder a su abuelo. Ella lo quería mucho y no entendía por qué ya no estaba con ella.
Un día, mientras paseaba por el parque, Ana vio a una mariposa revoloteando entre las flores. La mariposa era hermosa y parecía bailar en el aire. Ana se quedó observándola con atención, hipnotizada por su belleza.
- ¡Hola! -dijo la mariposa acercándose a Ana.
Ana se sorprendió al escucharla hablar y respondió tímidamente: - ¡Hola! ¿Cómo es que puedes hablar? La mariposa sonrió y le explicó que era una hada mágica enviada para ayudar a las personas que estaban tristes o necesitaban consuelo. - He visto que estás muy triste por la partida de tu abuelo -dijo la hada-. Pero recuerda que él siempre estará en tu corazón y en tus recuerdos.
Ana asintió con tristeza, pero sintió un poco de paz al escuchar las palabras reconfortantes del hada. La mariposa continuó: - Quiero enseñarte algo muy importante, Ana. Ven conmigo. Y así, Ana siguió a la mariposa hasta llegar a un árbol enorme y frondoso.
La mariposa le mostró cómo las ramas del árbol estaban entrelazadas unas con otras, formando una red sólida y fuerte. - Este árbol representa tu familia, Ana -explicó la hada-.
Cada uno de ustedes es una rama importante que se sostiene mutuamente. Aunque tu abuelo ya no esté físicamente presente, su amor sigue conectándolos a todos como parte de esta red familiar.
Ana comprendió entonces que aunque su abuelo ya no estuviera vivo, siempre formaría parte de su vida a través de los recuerdos compartidos y el amor incondicional que le había brindado. Desde ese día, Ana dejó de sentirse tan triste.
Recordaba a su abuelo con cariño y alegría, sabiendo que él viviría para siempre en sus pensamientos y corazón. Y cada vez que veía una mariposa revoloteando entre las flores, sonreía recordando el mensaje de esperanza y amor que le había traído aquel hada mágica en forma de insecto alado.
FIN.