El Hada Olvidada
En una tranquila noche de verano, el hada Luzia voló hacia una casa que brillaba bajo la luz de la luna. Esta vez, iba a hacer su magia recogiendo los dientes de leche que los niños dejaban bajo la almohada. Sin embargo, al llegar, se dio cuenta de que había olvidado su pequeña bolsa mágica para guardarlos. "Oh, no, ahora no sé qué hacer", suspiró Luzia, sintiéndose muy preocupada. Así que se sentó en la ventana y empezó a pensar en cómo solucionar su problema.
Mientras tanto, un niño llamado Tomi se despertó al escuchar el susurro del hada. Se frotó los ojos y la vio sentada, con su varita parpadeando. "¿Qué te pasa, pequeña hada?", preguntó Tomi curioso. Luzia le contó su dilema y él, con una sonrisa traviesa, le dijo: "¡Puedo ayudarte! Tengo una cajita donde puedo guardar mis dientes hasta que vuelvas a buscarlos!". Con esa idea, Tomi llevó a Luzia a su habitación, donde buscó la cajita de madera que había hecho en la escuela.
Con el nuevo plan en marcha, Luzia acometió su tarea con alegría. Cada vez que recogía un diente, Tomi lo colocaba en su cajita, corriendo lleno de entusiasmo. "Esto es muy divertido, ¡vamos a contar cuántos deditos recolectamos!", rió Tomi. Al final de la noche, Luzia se fue feliz con la cajita llena, prometiendo regresar para dejarles una sorpresa. Así, aprendieron que lo importante muchas veces es compartir y encontrar soluciones juntos, en lugar de preocuparse. Desde entonces, cada vez que Tomi perdía un diente, ya no había angustia, sino una aventura mágica que los unía.
FIN.