El Hechizo Creativo de Harry



En la Escuela de Magia y Hechicería "Estrella Brillante", Harry era conocido por ser un niño muy creativo y curioso. Siempre estaba buscando nuevas formas de aprender y experimentar con la magia.

Un día, el profesor Dumbledore le dio una tarea especial: debía crear su propio hechizo utilizando ingredientes locos. Harry se emocionó ante el desafío y se puso manos a la obra.

Recorrió los pasillos de la escuela en busca de ingredientes poco comunes, como plumas de fénix, ojos de salamandra y polvo de estrellas fugaces. Con cada ingrediente que conseguía, su emoción crecía aún más.

Al llegar a su dormitorio, Harry comenzó a mezclar los ingredientes en su caldero mágico mientras recitaba antiguas palabras en latín. De repente, una brillante luz dorada llenó la habitación y un aroma dulce invadió el aire. El hechizo estaba tomando forma.

Al día siguiente, durante la clase de hechizos avanzados, Dumbledore le pidió a Harry que mostrara su creación al resto de los estudiantes. Con nerviosismo pero determinación, Harry lanzó el hechizo al aire y todos pudieron ver cómo pequeñas mariposas multicolores salían volando del caldero.

Los aplausos resonaron en el aula y Dumbledore felicitó a Harry por su increíble inventiva y habilidad para trabajar con ingredientes tan peculiares. A partir de ese momento, Harry se convirtió en una inspiración para sus compañeros, quienes también empezaron a experimentar con nuevos hechizos y ingredientes locos.

Poco a poco, la Escuela "Estrella Brillante" se llenó de magia innovadora y creatividad sin límites gracias al espíritu aventurero de Harry.

Y así, entre risas y descubrimientos sorprendentes, todos aprendieron que en el mundo mágico no hay límites para la imaginación ni para lo extraordinario. Fin

FIN.

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