El Hechizo de Yuria



Yuria vivía en un pequeño pueblo rodeado de hermosos campos verdes. Desde muy pequeña, había aprendido la importancia de cuidar y proteger a la pachamama, la madre tierra.

Pero últimamente, Yuria se había dado cuenta de que las nuevas generaciones no estaban interesadas en sembrar ni cosechar, mucho menos en cuidar a la pachamama. Un día, mientras caminaba por el campo, Yuria encontró una extraña piedra con inscripciones incas.

Intrigada por su hallazgo, decidió llevarla al anciano del pueblo para que le explicara su significado. El anciano observó detenidamente la piedra y le dijo a Yuria: "Esta es una piedra sagrada que representa a los dioses incas.

Si quieres ayudar a la pachamama y enseñarles a los demás sobre su importancia, debes buscar el Templo Sagrado de los Dioses". Llena de emoción y determinación, Yuria se embarcó en una aventura hacia el Templo Sagrado de los Dioses.

Durante su viaje, fue guiada por diferentes dioses incas que le ofrecieron consejos valiosos. Al llegar al templo, Yuria encontró una sala llena de antiguos libros y pergaminos.

Allí descubrió un hechizo especial que permitiría que sus palabras fueran escuchadas por todas las personas del pueblo sin importar dónde estuvieran. Con este nuevo poder en sus manos, Yuria regresó a su pueblo decidida a enseñarles a todos sobre la importancia de sembrar y cosechar para cuidar a la pachamama.

En el centro del pueblo, Yuria levantó la piedra sagrada y pronunció el hechizo. De repente, su voz resonó en cada rincón del lugar y todos se detuvieron para escucharla. "¡Queridos vecinos! -exclamó Yuria con entusiasmo-.

La pachamama nos ha dado tanto a lo largo de los años. Nos ha brindado alimentos y recursos naturales para vivir. Pero si no cuidamos de ella, ¿qué será de nuestro futuro?"Las personas comenzaron a prestar atención y se agruparon alrededor de Yuria.

"Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de sembrar y cosechar para asegurarnos de que siempre tengamos comida en nuestras mesas. Si no cuidamos nuestros campos, la pachamama se debilitará y todos sufriremos las consecuencias".

La gente asintió con sus cabezas, comprendiendo el mensaje que Yuria les transmitía. "Además", continuó Yuria emocionada, "cuidar a la pachamama también significa proteger nuestra salud. Al consumir alimentos cultivados de manera natural, evitaremos enfermedades causadas por productos químicos dañinos".

La multitud aplaudió emocionada mientras las palabras de Yuria llegaban a cada corazón presente. Desde ese día en adelante, las nuevas generaciones comenzaron a interesarse nuevamente por sembrar y cosechar.

Las familias se unieron para trabajar juntas en los campos y cuidar a la pachamama como nunca antes lo habían hecho. Yuria se convirtió en una heroína local y su historia fue contada una y otra vez a través de los años.

Su valentía y determinación inspiraron a muchos otros a cuidar y proteger a la pachamama. Y así, gracias al esfuerzo de Yuria y el apoyo de los dioses incas, las nuevas generaciones aprendieron la importancia de sembrar, cosechar y cuidar a la pachamama para preservarla para las futuras generaciones.

FIN.

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