El hechizo del perdón
En un pintoresco bosque, habitaba una hada llamada Florentina, cuya principal misión era garantizar la armonía entre los seres mágicos y los habitantes del reino humano.
Sin embargo, lo que más entristecía a Florentina era presenciar las peleas entre los niños. Por eso, decidió usar su poder mágico para enseñarles una valiosa lección. Una tarde, mientras observaba a un grupo de niños discutiendo, Florentina decidió intervenir.
Con un destello de su varita, lanzó un hechizo que llenó el aire con chispas brillantes y suaves melodías. Los niños, desconcertados, se quedaron quietos. Florentina les habló con dulzura: "Queridos niños, las peleas y las discusiones solo traen tristeza y enojo.
Por ello, he lanzado un hechizo especial para que sientan en sus corazones la necesidad de pedirse perdón cuando se lastimen mutuamente". Los niños, asombrados por el hechizo, preguntaron cómo funcionaba.
Florentina les explicó que cada vez que se dijeran algo hiriente, sentirían un cosquilleo en el corazón que los impulsaría a buscar al otro y pedir perdón sinceramente. Los niños, maravillados por la magia del hada, se comprometieron a seguir el hechizo al pie de la letra. Con el correr de los días, los resultados fueron notables.
Las peleas disminuyeron considerablemente, y cada vez que surgía un conflicto, el hechizo del perdón intervenía, recordándoles el valor de disculparse. Los niños aprendieron a valorar la importancia de las palabras y a comprender que pedir perdón no los hacía débiles, sino más fuertes.
Florentina sonreía al ver cómo su hechizo había logrado sembrar la semilla del perdón en los corazones de los pequeños.
Al final, el bosque y el reino humano se llenaron de armonía y amistad, demostrando que el poder del perdón es verdaderamente mágico.
FIN.