El helado de María


María estaba muy emocionada porque finalmente había llegado el verano, su época favorita del año. Para comenzar a disfrutar el calor, decidió ir a la heladería de la esquina a comprarse un delicioso helado de dulce de leche, su sabor favorito. Con cuidado, eligió una cucurucho, y le pidió al heladero que le colocara una generosa porción de helado. Tomó su helado con una sonrisa en el rostro, sintiéndose feliz y contenta.

Al dar su primer mordisco, María sintió que el helado se deslizaba de repente fuera del cucurucho y caía al suelo. Estaba tan triste que sintió que las lágrimas querían escapar de sus ojos. En ese momento, recordó lo que su abuela solía decirle: 'No importa cuántas veces te caigas, lo importante es levantarte y seguir adelante'. Con esta frase resonando en su mente, María respiró hondo y se armó de valor para enfrentar lo que había sucedido.

Corrió hacia el heladero y le explicó lo que había pasado. El heladero, viendo la cara triste de María, le ofreció amablemente reemplazar su helado sin costo alguno. María, con una sonrisa en el rostro, aceptó la generosa oferta. Esta vez, con mucho más cuidado, tomó su nuevo helado y caminó hacia un banco en el parque. Mientras saboreaba su delicioso helado, María pensó que, a veces, los errores o las caídas nos brindan la oportunidad de recibir ayuda y demostrar nuestra valentía al enfrentar las dificultades.

Desde ese día, María aprendió que los contratiempos son parte de la vida, pero lo importante es cómo decidimos afrontarlos. Con esto en mente, se prometió a sí misma siempre recordar las palabras de sabiduría de su abuela y seguir adelante, sin importar lo que sucediera.

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