El hermano mayor amoroso



Había una vez una familia muy especial en la ciudad de Buenos Aires.

Mamá y papá estaban emocionados porque pronto iban a tener un nuevo integrante en la familia, ¡un hermanito para Ángel, su hijo mayor! Ángel era un niño muy curioso y siempre estaba lleno de energía. Le encantaba jugar al fútbol con sus amigos del barrio y explorar el parque en busca de aventuras.

Sin embargo, también tenía un gran corazón y siempre cuidaba de los demás. Un día, mientras paseaban por el parque, Ángel le preguntó a mamá: "¿Cómo será mi hermanito? ¿Podré enseñarle todo lo que sé?"Mamá sonrió y le respondió: "Claro que sí, querido.

Serás el mejor hermano mayor que pueda existir". Los días pasaron rápidamente y finalmente llegó el momento tan esperado. Mamá fue al hospital para dar a luz al bebé y papá se quedó con Ángel en casa.

Después de unas horas, recibieron una llamada del hospital diciendo que ya habían nacido el bebé. Papá y Ángel se subieron rápidamente al auto e hicieron camino hasta allí.

Cuando llegaron al hospital, vieron a mamá con una enorme sonrisa en su rostro sosteniendo al pequeño bebé en brazos. Era tan chiquitito y frágil que parecía un angelito. Ángel se acercó lentamente a mamá para verlo más de cerca. El bebé abrió sus ojitos y miró directamente a los ojos de su hermano mayor.

-¡Hola, hermanito! -saludó Ángel con entusiasmo-. Soy tu hermano mayor, Ángel. Estoy aquí para cuidarte y enseñarte todo lo que sé. El bebé sonrió y parecía entender cada palabra de su hermano.

Desde ese momento, Ángel supo que tenía una gran responsabilidad: ser el protector y guía de su hermanito. Los días pasaban y Ángel se convertía en el mejor compañero del bebé.

Le cantaba canciones, le contaba cuentos y hasta le enseñaba a dar sus primeros pasitos. Un día, mientras jugaban en el parque, Ángel vio a un niño triste sentado en un banco. Se acercó corriendo y preguntó qué le pasaba. -Perdí mi pelota favorita -respondió el niño con lágrimas en los ojos-.

No sé qué hacer sin ella. Ángel miró a su hermanito y luego al niño triste. Sabía que tenía que ayudarlo.

-Espera aquí un momento -le dijo a su hermanito antes de salir corriendo hacia la casa del niño triste. Ángel encontró la pelota debajo de un arbusto y volvió rápidamente al parque. El niño triste no podía creerlo cuando vio a Ángel regresar con su pelota en las manos. -¡Muchas gracias! -exclamó el niño emocionado-.

Eres increíble. Ángel sonrió felizmente y volvió junto a su hermanito. Sabía que había hecho algo bueno ayudando al otro niño, así como él siempre cuidaba de su hermanito.

Con el tiempo, Ángel y su hermanito crecieron juntos, compartiendo risas, aventuras y aprendizajes. Ángel siempre estuvo allí para guiar a su hermanito en cada paso del camino. Y así fue como Ángel se convirtió en el mejor hermano mayor que alguien podría desear.

Aprendió que ser responsable y ayudar a los demás es lo más importante en la vida. Desde aquel día, Ángel supo que siempre estaría ahí para cuidar de su hermanito y protegerlo como un verdadero ángel guardián.

Y juntos, construirían una amistad inquebrantable llena de amor y felicidad.

FIN.

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