El Héroe Arácnido de Buenos Aires



Había una vez en la ciudad de Buenos Aires un niño llamado Bautista, a quien le encantaba trepar por las paredes y saltar de un lado a otro.

Todos los días, después de la escuela, Bautista se ponía su traje especial y salía a recorrer la ciudad como el Hombre Araña. Un día mientras patrullaba los techos de los edificios, vio a unos ladrones escapando con bolsas llenas de juguetes robados de una juguetería.

Sin dudarlo un segundo, Bautista saltó desde lo alto del edificio y comenzó a balancearse con sus telarañas para alcanzar a los ladrones. - ¡Alto ahí! ¡No pasarán! -gritó Bautista mientras se acercaba velozmente.

Los ladrones se detuvieron sorprendidos al ver al Hombre Araña acercándose hacia ellos. Intentaron huir, pero Bautista les lanzó una telaraña que los atrapó rápidamente. - ¡Oh no! ¡Nos atrapó el Hombre Araña! -exclamaron los ladrones asustados.

Bautista llamó a la policía y entregó a los ladrones para que pagaran por sus fechorías. La gente que presenció todo aplaudió emocionada al ver el valor y la valentía de Bautista. Desde ese día, Bautista se convirtió en el héroe favorito de la ciudad.

Ayudaba a las personas en problemas, rescataba gatitos atascados en los árboles y siempre estaba listo para luchar contra cualquier injusticia que encontrara en su camino. Una mañana soleada, mientras paseaba por el parque, escuchó gritos de auxilio provenientes del lago.

Sin pensarlo dos veces, corrió hacia allí y vio a un niño pequeño que estaba ahogándose. Sin dudarlo un segundo, Bautista se zambulló en el agua y nadó rápidamente hasta donde estaba el niño.

Lo agarró fuertemente y lo llevó sano y salvo hasta la orilla. - ¡Gracias Hombre Araña! ¡Me salvaste la vida! -dijo el niño entre lágrimas mientras abrazaba a Bautista. Bautista sonrió orgulloso y le recordó al niño lo importante que es pedir ayuda cuando estamos en peligro.

Desde ese día, todos en la ciudad admiraban aún más al valiente Hombre Araña argentino llamado Bautista.

Y así, entre aventuras emocionantes y actos heroicos, Bautista demostraba cada día que cualquiera puede ser un héroe si tiene coraje, bondad y está dispuesto ayudar a los demás sin importar las circunstancias.

Porque no hace falta tener superpoderes para hacer del mundo un lugar mejor; basta con tener un corazón valiente como el de nuestro amigo Bautista: El hombre araña bonaerense.

FIN.

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