El héroe bondadoso del bosque encantado
Había una vez en un bosque encantado, un lobo llamado Lucas. A diferencia de los demás lobos, Lucas no quería asustar a nadie ni mucho menos comerse a los animalitos del bosque.
Él prefería cantarles canciones, ayudarlos a recolectar comida y jugar con ellos. Un día, mientras Lucas paseaba por el bosque, escuchó sollozos provenientes de un arbusto. Se acercó sigilosamente y descubrió a un conejito llorando desconsoladamente. "¿Qué te sucede, amiguito?", preguntó Lucas con ternura.
El conejito levantó la cabeza y entre sollozos le explicó que se había perdido de su familia y no sabía cómo regresar a casa.
"¡No te preocupes! Yo te ayudaré a encontrar el camino de vuelta", dijo Lucas con una sonrisa reconfortante. Así comenzaron juntos una aventura por el bosque. Lucas usaba su agudo olfato para seguir las huellas del conejito y lo protegía de cualquier peligro que pudiera aparecer en el camino.
Durante la travesía, se encontraron con otros animales del bosque que se sumaron para ayudar al pequeño conejito perdido. Después de recorrer senderos sinuosos y cruzar arroyos cristalinos, finalmente llegaron al hogar del conejito. La familia lo recibió entre abrazos y lágrimas de alegría.
Estaban muy agradecidos con Lucas y los demás animales por haber traído sano y salvo al pequeño conejo de regreso a casa. A partir de ese día, Lucas se convirtió en el héroe del bosque.
Todos los animales lo admiraban por su bondad y valentía. Ya no tenían miedo cuando veían acercarse al lobo bueno que les enseñaba que la amistad y la solidaridad eran más poderosas que cualquier otra cosa en el mundo.
Y así, gracias al corazón noble de Lucas, el bosque encantado vivió en paz y armonía para siempre jamás.
Porque aunque era un lobo en apariencia feroz, demostró que lo más importante es lo que llevamos dentro: amor y bondad hacia los demás.
FIN.