El héroe de la casa de Don Manuel



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, un joven llamado Lucas. Lucas siempre había tenido un corazón bondadoso y le encantaba ayudar a los demás.

Desde pequeño, se destacaba por ser solidario y estar siempre dispuesto a tender una mano a quien lo necesitara.

Un día, mientras paseaba por la plaza del pueblo, escuchó a unas personas comentando sobre la difícil situación que estaba atravesando el anciano Don Manuel, quien vivía solo en una vieja casa al otro extremo del pueblo. Su casa estaba en mal estado y no tenía familiares cercanos que pudieran ayudarlo. Lucas decidió entonces ir a visitar a Don Manuel para ver de qué manera podía colaborar.

Al llegar allí, se encontró con una casa muy descuidada y al anciano sentado en el porche mirando melancólicamente hacia el horizonte. "Hola Don Manuel, soy Lucas. He venido para ofrecerle mi ayuda en lo que necesite", dijo amablemente Lucas.

Don Manuel levantó la mirada sorprendido y con cierta desconfianza al principio, pero al ver la sinceridad en los ojos de Lucas, sonrió débilmente y le dio las gracias.

"¿Qué puedo hacer por usted? ¿Necesita algo en especial?", preguntó Lucas con genuino interés. Don Manuel le contó a Lucas que su mayor preocupación era arreglar el techo de su casa antes de que llegaran las lluvias de primavera, ya que temía que se inundara toda su humilde morada.

Lucas no lo dudó ni un segundo y se puso manos a la obra. Con ingenio y esfuerzo logró conseguir los materiales necesarios para reparar el techo de la casa de Don Manuel.

Pasaron días trabajando juntos bajo el sol inclemente, pero finalmente lograron dejar la vivienda como nueva. Don Manuel no podía creer la generosidad y dedicación de Lucas hacia él. Estaba profundamente agradecido y emocionado por haber encontrado a alguien tan noble en aquel joven muchacho.

La noticia sobre la acción de Lucas se extendió rápidamente por todo el pueblo, convirtiéndolo en un verdadero héroe local.

A partir de ese momento, muchas personas empezaron a acercarse a él en busca de ayuda o consejo, sabiendo que siempre encontrarían una mano amiga dispuesta a colaborar sin pedir nada a cambio. Lucas siguió ayudando desinteresadamente a quienes lo necesitaban, demostrando así que con pequeños gestos podemos hacer grandes cambios en la vida de las personas que nos rodean.

Y colorín colorado este cuento solidario ha terminado.

FIN.

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