El héroe de la luna roja
Había una vez un pequeño dragón llamado Fuego, quien vivía en lo alto de una montaña rodeada de árboles frondosos y ríos cristalinos.
Fuego era un dragón muy especial, pues cada noche se dormía con la luna blanca y se despertaba con la luna roja. Un día, mientras jugaba cerca del río, Fuego escuchó unos gritos desesperados provenientes del bosque. Sin pensarlo dos veces, voló hasta allí para ver qué estaba sucediendo.
- ¿Qué pasa? - preguntó al llegar. - ¡Ayuda! - exclamó un zorro que había quedado atrapado entre las ramas de un árbol. - No puedo bajar.
Fuego sabía que no podía quemar el árbol para liberar al zorro, así que decidió buscar otra solución. Observando detenidamente el lugar, descubrió una liana resistente que podría servirle para bajar al animal. - Aguanta ahí - dijo alegremente mientras se acercaba a la liana y comenzaba a trenzarla con sus garras afiladas.
Finalmente logró hacer una cuerda fuerte y segura para bajar al zorro del árbol sin lastimarlo. - Muchas gracias por salvarme - dijo el zorro emocionado mientras abrazaba a Fuego-. Eres muy valiente y bondadoso.
A partir de ese momento, Fuego entendió la importancia de ayudar a los demás sin importar las circunstancias o dificultades que puedan presentarse en el camino. Y así fue como se convirtió en el héroe más querido de la montaña.
Sin embargo, cierta noche, Fuego se despertó con una luna roja muy diferente a las que había visto antes. La luna brillaba intensamente y emitía un sonido extraño. Fuego sabía que algo malo estaba sucediendo y decidió investigar.
- ¿Qué está pasando? - preguntó al búho más sabio del lugar. - Es la luna de los peligros - contestó el búho-.
Se dice que aquellos que no respetan la naturaleza o hacen daño a otros seres vivos en este día, recibirán castigos severos y peligrosos. Fuego comprendió entonces que debía hacer algo para proteger a todos sus amigos de la montaña. Así que reunió a todos los animales y les explicó lo que estaba sucediendo.
- Tenemos que cuidarnos mutuamente hoy más que nunca - dijo Fuego-. Si nos portamos bien y somos buenos unos con otros, nada malo nos pasará. Pero si hacemos algo malo o egoísta, podríamos estar en peligro.
Todos asintieron emocionados por tener un héroe tan valiente como amigo. Juntos disfrutaron de una noche mágica bajo la luna roja sin ningún incidente desafortunado gracias al esfuerzo conjunto de Fuego y todos sus amigos animales.
Desde ese día en adelante, Fuego aprendió aún más sobre el valor del trabajo en equipo y el respeto por los demás. Y aunque cada noche seguía despertándose con una hermosa luna roja, nunca olvidaría aquella vez especial donde aprendió grandes lecciones sobre amistad y cooperación.
FIN.