El héroe de la Navidad



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, un niño llamado Juanito. Juanito era muy curioso y siempre estaba buscando aventuras.

Un día, mientras caminaba por la calle principal del pueblo, vio algo que le llamó mucho la atención: ¡Santa Claus! Sí, el mismísimo Santa Claus estaba parado frente a una tienda de juguetes. Juanito no podía creerlo y se acercó corriendo hacia él. "¡Hola Santa Claus! ¿Qué estás haciendo aquí?" preguntó emocionado.

Santa Claus sonrió y le respondió: "Hola Juanito, estoy visitando este hermoso pueblo para ver si hay niños buenos que merezcan regalos en Navidad". El corazón de Juanito se llenó de alegría al escuchar esas palabras.

Él sabía que había sido un niño bueno durante todo el año y deseaba recibir el mejor regalo de todos.

"¡Oh Santa Claus, yo he sido muy bueno este año! ¿Podrías traerme una bicicleta nueva? La mía está vieja y ya no puedo usarla", le pidió Juanito con entusiasmo. Santa Claus asintió con cariño y le dijo: "Claro que sí, Juanito. Si sigues siendo tan bueno como dices, te llevaré la bicicleta más bonita que hayas visto". Juanito saltaba de felicidad ante esta promesa.

Pero esa noche, mientras dormía plácidamente en su casa, algo inesperado ocurrió. Escuchó ruidos extraños provenientes del salón. Intrigado y valiente como siempre, decidió investigar qué sucedía.

Se levantó sigilosamente y se asomó por la puerta de su habitación. Para su sorpresa, vio a un ladrón intentando robar los regalos que Santa Claus había dejado bajo el árbol de Navidad. Juanito, sin pensarlo dos veces, decidió enfrentar al ladrón.

Se acercó sigilosamente y le dijo en voz baja: "¡Oye tú! ¿Qué crees que estás haciendo?"El ladrón se sobresaltó y giró rápidamente hacia Juanito. "¡Vete niño! Esto no es asunto tuyo", respondió con voz amenazante. Pero Juanito no se dejó intimidar.

Sabía que tenía que proteger los regalos de Navidad para él y para los demás niños del pueblo. "No voy a permitir que arruines la Navidad de todos nosotros", le contestó valientemente.

En ese momento, el ladrón miró fijamente a los ojos decididos de Juanito y algo cambió en su interior. Recordó lo que era ser niño, cómo solía esperar ansiosamente la llegada de Santa Claus cada año. "Está bien, niño... Tienes razón", suspiró el ladrón derrotado.

"Nunca debí haber hecho esto". Entonces, juntos limpiaron las lágrimas del arrepentido ladrón y devolvieron los regalos debajo del árbol de Navidad.

Agradecido por la bondad de Juanito, el ladrón decidió cambiar su vida y hacer cosas buenas desde ese día en adelante. Cuando llegó la mañana siguiente, Juanito descubrió una nota junto a su nuevo regalo. Decía: "Querido Juanito, gracias por enseñarme el verdadero espíritu de la Navidad. Sigue siendo un niño bueno y nunca pierdas tu valentía".

Desde ese día, Juanito se convirtió en un héroe en su pueblo y todos los niños lo admiraban por su valentía y bondad.

Y así, Santa Claus cumplió su promesa y le trajo a Juanito la bicicleta más hermosa que jamás haya existido. Juanito aprendió que, aunque las cosas no siempre salgan como uno espera, siempre es importante hacer lo correcto y nunca perder la esperanza.

Y esa Navidad fue una de las más felices para él y para todos los niños del pueblo.

FIN.

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