El Héroe de los Buenos Deseos



Era un día especial en el pequeño pueblo de Ecovilla. La gente se reunía en la plaza para hacer un deseo: tener un planeta limpio, lleno de árboles, flores y aire puro. Cada vez que un deseo era pronunciado, una suave luz comenzaba a brillar en el cielo, y poco a poco, esa luz se fue acumulando hasta formar a un súper héroe llamado EcoMano.

EcoMano era un ser gigante, verde y brilloso, con una capa hecha de hojas y una sonrisa que iluminaba hasta el día más nublado.

"- ¡Sí! ¡Por fin he llegado! Soy EcoMano, el guardián de los buenos deseos! Estoy aquí para proteger nuestro planeta!" exclamó mientras danzaba de alegría.

Poco antes de que EcoMano pudiera comenzar su misión, un monstruo llamado Contamino surgió de las profundidades de un río lleno de basura. Contamino era una criatura oscura y pegajosa, con un aspecto aterrador y un olor muy, muy desagradable.

"- ¡Ja!" rió Contamino, "- No puedes detenerme, EcoMano. La contaminación siempre ganará!".

"- ¡Eso no es cierto!" replicó EcoMano "- Cada deseo de un planeta limpio da más fuerza a la naturaleza. ¡Voy a luchar por el futuro de todos!".

Con un gesto de sus manos, EcoMano hizo florecer un jardín hermoso frente a él. Las flores comenzaron a crecer de entre la basura y llenaron el aire con su fragancia. Pero Contamino no se quedó quieto. Lanzó manchas de aceite y desechos hacia EcoMano, tratando de sabotear su esfuerzo.

"- ¡Esto es solo el principio!" gritó mientras las manchas volaban. EcoMano, ágil y astuto, esquivó las contaminaciones. "- Necesitamos unir fuerzas!" dijo EcoMano.

EcoMano decidió salir al pueblo y hablar con los chicos y chicas de Ecovilla. "- Chicos, ¡necesito su ayuda! Necesitamos convertir los buenos deseos en acciones reales. ¡Unámonos!".

Los niños, entusiasmados, comenzaron a recolectar basura, plantar árboles y flores, y cuidar del medio ambiente. Cada acción era un grito de esperanza que fortalecía a EcoMano y debilitaba a Contamino.

Contamino, al ver que el esfuerzo de los chicos estaba teniendo efecto, se enfureció. "- ¡No! ¡No me detendrán!" gritó.

Pero EcoMano, ahora más fuerte que nunca gracias a la energía emocional de todos los niños, se enfrentó al monstruo y le dijo: "- ¡Es hora de que comprendas que cada acción cuenta! ¡Tu tiempo se ha terminado, Contamino!".

Con un poderoso chorro de agua y hojas, EcoMano limpió el río, haciendo retroceder a Contamino.

"- ¡No puede ser!" chilló el monstruo mientras se iba desvaneciendo.

En un último intento, intentó lanzar su ataque más fuerte. Pero EcoMano, con la fuerza de los buenos deseos y la unión de todos los niños, creó un campo de energía positiva que envolvió a Contamino.

"- ¡Ya es suficiente! ¡Es tu turno de cambiar!" dijo EcoMano. En ese momento, algo mágico sucedió. Contamino comenzó a transformarse. Su forma oscura y repugnante se convirtió en un pequeño y simpático bichito llamado Limpio.

"- ¡Oh! Yo... Yo no quería ser un monstruo! Solo no sabía qué hacer. " dijo Limpio con voz temblorosa.

"- Ahora sabes. " le respondió EcoMano.

Limpio sonrió y prometió ayudar a limpiar el mundo. Desde ese día, cada mañana, Limpio se unía a EcoMano y los niños de Ecovilla, asegurándose de que no hubiera ningún rastro de contaminación. Así, todos aprendieron que los buenos deseos pueden convertirse en acciones y responsabilidades.

Cada año, el pueblo celebraba el Día de los Buenos Deseos, recordando que la fuerza de la unión y la conciencia ambiental puede cambiar el mundo.

Y así, EcoMano, Limpio y los niños vivieron felices, cuidando de su planeta y sembrando nuevos deseos, porque aunque la oscuridad a veces llega, siempre habrá luz en los buenos deseos.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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