El héroe de los dinosaurios saludables



Había una vez un niño llamado Benicio que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques. Benicio era un niño curioso y aventurero, siempre buscando nuevas emociones.

Un día, su tía Flor le contó sobre un parque de diversiones de dinosaurios que estaba a punto de abrir en la ciudad vecina. Benicio se emocionó tanto que no podía esperar para visitarlo. Decidió contarle a su abuela Lily sobre el parque y le pidió permiso para ir.

La abuela Lily, aunque algo preocupada por la seguridad del parque, finalmente accedió con una condición: "Benicio, antes de ir al parque debes prometerme que comerás una merienda saludable con frutas".

Benicio aceptó la petición de su abuela y comenzó a investigar todo lo relacionado con los dinosaurios. Aprendió sus nombres, cómo vivían y qué comían. También aprendió sobre Godzilla, ese gigantesco monstruo que aparecía en las películas. Finalmente llegó el día tan esperado.

Benicio se encontraba frente a la entrada del parque junto a su tía Flor. Estaban asombrados por la gran cantidad de personas que había allí. Al entrar al parque, se encontraron con enormes estatuas animatrónicas de diferentes especies de dinosaurios.

Benicio estaba fascinado mientras caminaba entre ellos sintiéndose como si estuviera en otra época. De repente, un estruendo sacudió el lugar y todos empezaron a correr despavoridos. Era Godzilla quien había decidido hacer una visita sorpresa al parque.

El caos reinaba mientras las personas intentaban huir de la enorme criatura. Benicio, sin embargo, no podía dejar de pensar en lo triste que sería si el parque tuviera que cerrar debido a este incidente.

Decidido a ayudar, Benicio recordó lo que había aprendido sobre los dinosaurios y su alimentación. Recordó que algunos dinosaurios eran herbívoros y se alimentaban principalmente de plantas y frutas.

Corrió hacia la zona de picnic del parque y encontró una gran canasta llena de frutas frescas. Rápidamente comenzó a arrojar las frutas cerca de Godzilla, esperando distraerlo con su comida favorita. Para sorpresa de todos, Godzilla se detuvo al ver las frutas y comenzó a comerlas con gusto.

Parecía disfrutar tanto la merienda como Benicio mismo. Mientras Godzilla estaba ocupado devorando las frutas, los empleados del parque aprovecharon para evacuar a todas las personas hasta un lugar seguro. Finalmente, después de un rato, Godzilla terminó su merienda y decidió marcharse tranquilamente.

El parque quedaba en ruinas pero gracias a la valentía e ingenio de Benicio nadie resultó herido. La noticia se extendió rápidamente por todo el pueblo y todos celebraron a Benicio como un héroe local.

El parque fue reconstruido con más medidas de seguridad para evitar futuros incidentes. Benicio aprendió una valiosa lección ese día: incluso en momentos difíciles, siempre hay algo que podemos hacer para ayudar.

Además, entendió lo importante que es cuidar nuestra salud comiendo alimentos saludables como las frutas. Desde aquel día en adelante, cada vez que tenía ganas de aventuras, Benicio recordaba que la valentía y el ingenio pueden hacer una gran diferencia.

Y así, continuó viviendo su vida llena de emocionantes aventuras y meriendas saludables con frutas.

FIN.

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