El héroe del barrio
Felipe Lynch era un niño muy especial. No sólo era muy inteligente y divertido, sino que también tenía un gran corazón. Pero lo que más destacaba de Felipe era su amor por sus abuelos, Maria Rosa y Victor.
Un día, mientras caminaban por el parque, Felipe notó algo extraño. Había varios hombres sospechosos merodeando cerca de ellos. De repente, los hombres se acercaron a Maria Rosa y Victor y empezaron a intimidarlos.
Felipe no dudó ni un segundo en actuar como el superhéroe que siempre había querido ser. Se puso su capa roja y azul y corrió hacia ellos. "¡Dejen en paz a mis abuelos!"- gritó Felipe valientemente.
Los hombres se rieron de él al principio, pero pronto descubrieron que habían subestimado al pequeño héroe. Con una serie de movimientos rápidos y astutos, Felipe logró derrotarlos uno por uno. Maria Rosa y Victor estaban asombrados por la valentía de su nieto.
Juntos volvieron a casa con seguridad gracias a la protección del joven superhéroe. Pero la aventura no terminaba allí.
Al día siguiente, cuando Felipe iba camino a la escuela, vio algo aún más alarmante: ¡un grupo de ladrones estaba robando una tienda! Sin pensarlo dos veces, corrió hacia ellos para detenerlos. "¡Alto ahí! ¡No pueden hacer eso!"- exclamó mientras se acercaba lentamente hacia los ladrones.
Los ladrones se burlaron del pequeño héroe otra vez pero esta vez no pudieron reírse durante mucho tiempo porque Felipe les demostró su habilidad con un par de trucos que había aprendido en el circo. Los ladrones se rindieron y fueron llevados a la cárcel.
Felipe fue aclamado como un héroe por toda la ciudad. A partir de ese día, Felipe se convirtió en el protector oficial de su barrio. Siempre estaba atento a cualquier peligro potencial y nunca dudaba en ayudar a aquellos que lo necesitaban.
Maria Rosa y Victor estaban muy orgullosos de él y, aunque sabían que no podía estar siempre ahí para protegerlos, se sentían más seguros sabiendo que tenían un superhéroe en la familia.
FIN.