El herrero y el demonio
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Martillo, un valiente herrero llamado Juan. Juan era conocido por ser el mejor herrero de toda la región, sus habilidades con el martillo eran simplemente extraordinarias.
Un día, mientras Juan trabajaba en su fragua, escuchó gritos desgarradores provenientes del bosque cercano. Sin dudarlo ni un segundo, agarró su martillo y corrió hacia el lugar de donde provenían los gritos. Al llegar al bosque, se encontró con una escena aterradora.
Un demonio estaba a punto de llevarse a una pequeña niña llamada Sofía hacia el infierno. La niña lloraba desconsoladamente y parecía estar completamente indefensa ante la presencia del malvado demonio.
Juan no lo pensó dos veces y se lanzó contra el demonio con su martillo en mano. El demonio, sorprendido por la valentía del herrero, comenzó a luchar contra él. Fue una batalla épica entre el bien y el mal.
El herrero golpeaba con fuerza al demonio, quien intentaba defenderse como podía. Finalmente, con un golpe certero y fulminante, Juan logró vencer al demonio y salvar a la pequeña Sofía. La niña estaba asustada pero agradecida por haber sido salvada por aquel valiente herrero.
"-¡Gracias por rescatarme! ¿Quién eres tú?" -preguntó Sofía con curiosidad. "-Soy Juan, el herrero de Villa Martillo. No podía permitir que ese ser maligno te llevara al infierno", respondió Juan con humildad.
Sofía abrazó a Juan con fuerza y le dio las gracias una vez más. Desde ese día, la valentía y bondad de Juan se hicieron famosas en todo el pueblo.
Y así, gracias al coraje y determinación de un humilde herrero, se demostró que incluso frente al mal más oscuro siempre hay luz y esperanza. La historia de Juan y Sofía se convirtió en ejemplo de valor y generosidad para todos los habitantes de Villa Martillo.
FIN.