El hockey es para todos


Belen era una niña muy talentosa en el hockey. Desde pequeña, había entrenado duro y había logrado destacarse en su deporte favorito.

Sin embargo, para poder jugar al nivel que quería, tenía que viajar mucho a otras ciudades y pagar por equipos de alta calidad. Un día, mientras Belen estaba jugando en un partido fuera de la ciudad, se dio cuenta de algo importante.

Los niños del equipo contrario no tenían los mismos recursos que ella y sus compañeros de equipo. Su uniforme estaba desgastado y su equipamiento estaba roto. Belen decidió hacer algo al respecto.

Al regresar a casa, habló con sus padres sobre la posibilidad de llevar su amor por el hockey al club local del barrio para que los niños pudieran tener las mismas oportunidades que ella. Sus padres estuvieron encantados con la idea y juntos comenzaron a planear cómo podrían ayudar.

Belen comenzó a ofrecer clases gratuitas de hockey en el club local durante los fines de semana. Al principio, solo unos pocos niños asistieron a las clases gratuitas pero pronto empezaron a llegar más y más chicos interesados en aprender sobre este deporte tan divertido.

"Hola chicos! Bienvenidos al entrenamiento gratuito!"- dijo Belen sonriendo ampliamente "Hoy vamos a trabajar en nuestro control del disco".

Los niños se emocionaron mucho cuando vieron todo el equipamiento nuevo que habían conseguido gracias a las donaciones generosas de muchas personas dispuestas a ayudarlos. Con cada clase gratuita, más niños se unieron al grupo y comenzaron a mejorar sus habilidades en el hockey gracias a los consejos expertos de Belen.

La joven también les enseñó valores importantes como trabajo en equipo, respeto y perseverancia. "¡Muy bien chicos! ¡Están mejorando cada día!"- dijo Belen con alegría en una de las clases "Recuerden que el hockey es un deporte donde se necesitan muchas horas de práctica y dedicación para ser buenos".

Los niños del barrio estaban emocionados por tener la oportunidad de jugar al hockey gracias a Belen. Y ella estaba feliz de poder compartir su amor por el deporte con ellos.

Con el tiempo, los niños del club local comenzaron a destacarse en sus partidos y torneos. Belen se sentía orgullosa al ver cómo habían progresado y cómo habían aprendido no solo sobre el hockey sino también sobre valores importantes como la amistad y el trabajo duro.

Gracias a la generosidad de Belen, muchos niños del barrio pudieron disfrutar del hockey sin tener que preocuparse por pagar equipos costosos o viajar a otras ciudades. Y eso era algo que les cambiaría la vida para siempre.

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