El hogar de los animales abandonados
Lola y Martín eran dos amigos inseparables. Les encantaba explorar juntos y descubrir aventuras en cada rincón de su barrio. Un día, mientras paseaban por la calle principal, vieron una casa abandonada al final de la cuadra.
- ¡Mira, Martín! ¿Ves esa casa? Siempre quise entrar allí y ver qué hay adentro -dijo Lola con entusiasmo. - ¡Sí! Pero dicen que está embrujada.
¿No te da miedo, Lola? -respondió Martín con un tono de preocupación en su voz. Lola sonrió valientemente y le dijo a su amigo: - No creo en esas historias de fantasmas. Vamos, será emocionante. Decidieron acercarse lentamente a la casa abandonada.
Las ventanas estaban rotas, las paredes descascaradas y el jardín estaba cubierto de maleza. Con paso firme, entraron por la puerta principal entreabierta. Dentro de la casa, todo estaba oscuro y lleno de polvo. Usando sus linternas, comenzaron a explorar habitación por habitación.
De repente, escucharon un ruido proveniente del sótano. - ¿Escuchaste eso? -susurró Martín con los ojos como platos. - Sí... pero no podemos dejar que el miedo nos detenga. Vamos a ver qué es -respondió Lola decidida.
Bajaron lentamente las escaleras hasta llegar al sótano. Lo que encontraron allí los dejó sin palabras: era un refugio para animales abandonados. Había perros, gatos e incluso algunos conejitos que miraban con curiosidad a los nuevos visitantes.
- ¡Oh Dios mío! ¡Mirá todos estos animalitos! Necesitan nuestra ayuda -exclamó Lola emocionada al ver la cantidad de animales necesitados. Martín asintió con una sonrisa en el rostro:- Tenemos que hacer algo por ellos, Lola.
Podríamos pedir ayuda a nuestros vecinos para cuidarlos y encontrarles hogares amorosos. Los dos amigos trabajaron arduamente durante días limpiando y cuidando a los animales abandonados en secreto para evitar problemas con las autoridades locales. Con el tiempo lograron encontrar hogares amorosos para cada uno de los animalitos rescatados.
La noticia se difundió rápidamente por todo el barrio sobre la noble labor realizada por Lola y Martín. Incluso recibieron reconocimiento público por parte del ayuntamiento local.
Desde ese día en adelante, la vieja casa abandonada se convirtió en un refugio oficial para animales necesitados gracias al valor y determinación de dos pequeños grandes héroes: Lola y Martín.
FIN.