El Hogar de Luna y Flor



Había una vez una luna que era niña y se llamaba Luna. Luna vivía en el cielo, rodeada de estrellas que eran sus amigos. Pero a pesar de tener compañía, Luna sentía que faltaba algo en su vida.

Un día, mientras paseaba por el cielo, Luna vio una hermosa flor brillante. La flor parecía triste y solitaria, así que Luna decidió acercarse a ella. "Hola, ¿cómo te llamas?"- preguntó Luna con curiosidad.

La flor levantó su cabeza y respondió: "Me llamo Flor. He estado aquí sola durante mucho tiempo". Luna sintió compasión por la tristeza de Flor y le dijo: "No tienes por qué estar sola. Puedes venir conmigo al cielo".

Flor sonrió por primera vez en mucho tiempo y aceptó la invitación de Luna. Juntas volaron hacia el cielo y pronto se convirtieron en las mejores amigas. Pero la historia no termina ahí.

Resulta que al llegar al cielo, Flor comenzó a extrañar su casa en la tierra. Extrañaba poder crecer en un jardín lleno de otros seres vivos. Luna comprendió lo importante que era para Flor tener un hogar donde pertenecer, así que decidió ayudarla a encontrar uno.

Juntas exploraron cada rincón del universo hasta que finalmente encontraron una pequeña casa abandonada flotando en el espacio. "¡Mira Flor! ¡Esta puede ser tu nueva casa!"- exclamó emocionada Luna.

Flor se sintió feliz al ver la casita y se instaló allí rápidamente. Decoró cada habitación con sus colores y fragancias, convirtiendo la casa en un lugar lleno de vida. Pero la historia aún tenía otro giro inesperado.

Luna comenzó a extrañar a su amiga Flor y se sintió sola una vez más. "¡Flor, te extraño tanto! El cielo no es lo mismo sin ti"- le dijo Luna tristemente. Flor entendió que también extrañaba a Luna y decidió regresar al cielo para estar con ella nuevamente.

Juntas volvieron a volar por el universo, esta vez como inseparables compañeras. Y así, Luna encontró en Flor una verdadera amiga y Flor encontró en Luna un hogar donde pertenecer.

Ambas aprendieron que siempre hay alguien especial esperando por nosotros, incluso cuando nos sentimos solos. Desde ese día, la luna brilla más fuerte porque tiene consigo a su querida amiga Flor.

Y juntas iluminan las noches del mundo entero, recordándonos que la amistad puede hacer brillar hasta el lugar más oscuro del universo.

FIN.

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