El hogar de Mariposa Flores



Había una vez en un hermoso jardín, una mariposa llamada Mariposa Flores. Era de colores brillantes y tenía unas alas grandes y majestuosas. Vivía feliz volando entre las flores, disfrutando del sol y la lluvia.

Un día, mientras Mariposa Flores estaba revoloteando por el jardín, escuchó un ruido extraño. Se acercó curiosa al lugar de donde provenía el sonido y encontró a unas abejas muy tristes.

Eran Abejas Nomos, abejas que habían perdido su hogar debido a la tala indiscriminada de árboles. Mariposa Flores se acercó a ellas para preguntar qué les pasaba. "-Hola amiguitas, ¿por qué están tan tristes?" -preguntó con ternura.

Las abejas le contaron que habían perdido su colmena y no tenían un lugar donde vivir ni recolectar néctar para hacer miel. Además, sin ellas polinizando las flores, el jardín perdería su belleza y vida. Mariposa Flores se puso triste al escuchar esto y decidió ayudar a las abejas nomos.

Voló hasta encontrar al Sol, quien era sabio y poderoso. Le explicó lo que había pasado con las abejas nomos y le pidió consejo sobre cómo solucionarlo.

El Sol sonrió bondadosamente a Mariposa Flores y le dijo: "-Querida mariposa, la respuesta está en tu corazón. Si quieres ayudar a las abejas nomos, debes encontrarles un nuevo hogar".

Motivada por estas palabras llenas de sabiduría, Mariposa Flores voló de vuelta al jardín y comenzó a buscar un lugar adecuado para las abejas nomos. Después de mucho buscar, encontró un árbol hueco perfecto para que las abejas construyeran su nueva colmena. Sin embargo, había un problema: el árbol estaba muy alto y Mariposa Flores no podía alcanzarlo.

Pero ella no se rindió tan fácilmente. Recordando la historia del valiente escarabajo que pudo mover una montaña, decidió buscar ayuda. En su búsqueda, encontró a Lluvia, una gotita de agua muy amable.

Le explicó la situación y le pidió ayuda para llevarla hasta el árbol. "-Claro que sí", respondió Lluvia con alegría. Juntas, Mariposa Flores y Lluvia trabajaron en equipo.

Mientras Mariposa Flores llevaba a las abejas nomos hasta el árbol en su lomo, Lluvia regaba constantemente el camino para mantenerlo fresco y seguro. Finalmente, lograron llegar al árbol y las abejas nomos construyeron su nueva colmena con mucho entusiasmo. El jardín volvió a llenarse de vida gracias a ellas.

Mariposa Flores se sentía feliz por haber ayudado a sus nuevas amigas. Aprendió que cuando nos enfrentamos a problemas difíciles, siempre podemos encontrar soluciones si buscamos ayuda y trabajamos en equipo.

Desde ese día en adelante, Mariposa Flores se convirtió en la guardiana del jardín junto con las abejas nomos. Juntos cuidaban de cada flor y planta para mantener viva la belleza y el equilibrio en su hogar.

Y así, con la ayuda del Sol, Lluvia y un espíritu de colaboración, Mariposa Flores demostró que no importa cuán pequeños seamos, siempre podemos hacer grandes cosas si nos preocupamos por los demás y trabajamos juntos.

FIN.

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