El hogar de Mimoso y Pelusín
Había una vez un pequeño gatito llamado Mimoso que se encontraba solo y sin un hogar. Desde muy chiquito, Mimoso había sido abandonado en la calle y no tenía a nadie que lo cuidara.
Pero él no se dejaba vencer por las circunstancias y siempre mantenía su cola en alto, dispuesto a encontrar un lugar donde pudiera ser amado. Un día, mientras caminaba por el vecindario, Mimoso vio a una niña llamada Sofía jugando en el parque.
Se acercó sigilosamente hacia ella y comenzó a frotarse contra sus piernas. Sofía notó al gatito y le dio una caricia suave. -¡Hola, pequeño! ¿Estás buscando un hogar? -preguntó Sofía con ternura.
Mimoso maulló como si estuviera diciendo "sí" y saltó sobre los brazos de Sofía. La niña sonrió y supo en ese momento que había encontrado a su nuevo compañero. Sofía llevó a Mimoso a su casa, donde vivían sus padres, Marta y Pedro.
Al principio, ellos estaban preocupados por tener un gato en casa ya que nunca habían tenido mascotas antes. -Podemos intentarlo -dijo Marta-. Pero debemos asegurarnos de cuidarlo bien y darle mucho amor.
Todos juntos se pusieron manos a la obra para preparar todo lo necesario para recibir al nuevo miembro de la familia: una cama confortable, comida deliciosa y muchos juguetes divertidos para pasar el tiempo juntos.
A medida que pasaban los días, Mimoso se adaptaba cada vez más a su nuevo hogar. Sofía y él se volvieron inseparables, pasando horas jugando y explorando juntos. Mimoso también mostró su lado cariñoso con Marta y Pedro, quienes le daban todo el amor que necesitaba.
Un día, mientras Mimoso descansaba en su cama junto a la ventana, escuchó un ruido extraño proveniente del patio trasero. Curioso como era, decidió investigar qué estaba sucediendo. Cuando llegó al patio, vio a otro gatito pequeño escondido detrás de unos arbustos.
El gatito parecía asustado y triste. -Hola amiguito -dijo Mimoso con ternura-. ¿Estás buscando un hogar? El gatito asintió tímidamente con la cabeza y comenzó a maullar lastimeramente. Mimoso supo que tenía que ayudarlo.
Corrió hacia adentro de la casa y encontró a Sofía jugando en su habitación. -Sofi, hay otro gatito afuera que necesita nuestra ayuda -le dijo emocionado Mimoso. -¡Oh no! Debemos hacer algo rápido -respondió Sofía preocupada.
Sofía llamó a sus padres para contarles lo que había ocurrido. Marta y Pedro entendieron que no podían dejar al pobre gatito abandonado allí fuera. Decidieron abrir las puertas de su hogar una vez más para recibir al nuevo integrante de la familia felina.
Le pusieron por nombre Pelusín debido a lo mullido de su pelaje grisáceo. Con el tiempo, Pelusín se adaptó rápidamente a su nueva vida junto a Mimoso, Sofía y su familia. Los dos gatitos se volvieron inseparables y compartían travesuras y siestas juntos.
La historia de Mimoso y Pelusín nos enseña que el amor y la compasión pueden marcar una gran diferencia en la vida de los animales necesitados.
Además, nos muestra que a veces un hogar puede ser encontrado en los lugares más inesperados. Desde aquel día, Mimoso y Pelusín vivieron felices junto a Sofía y su familia, siempre recordando que todos merecen tener un hogar donde sean amados y cuidados.
FIN.