El Hogar del Corazón
Magalí se despertó temprano para ir a hacer una caminata por la montaña. Era su actividad favorita y le encantaba sentir el aire fresco en su rostro mientras subía por los senderos.
Mientras caminaba, escuchó un ruido extraño que venía de detrás de un árbol. Se acercó con cautela y vio a un ogro sentado en el suelo, llorando. - ¿Estás bien? - preguntó Magalí preocupada.
El ogro se secó las lágrimas y miró a Magalí con tristeza en sus ojos. - No estoy bien. Soy Benja y he perdido mi hogar - dijo el ogro con voz temblorosa. Magalí no sabía qué hacer, pero decidió ayudarlo.
Juntos buscaron un lugar donde Benja pudiera vivir cómodamente sin molestar a nadie. Después de muchas horas caminando encontraron una cueva perfecta para él. Benja estaba muy agradecido con Magalí por haberlo ayudado, así que decidió invitarla a tomar té en su nueva casa.
- Gracias por todo lo que has hecho por mí - dijo Benja mientras preparaba el té -. Quiero devolverte el favor contándote mi historia.
Benja contó cómo había sido rechazado por los seres humanos debido a su apariencia monstruosa y cómo había vivido solo durante años hasta que perdió su hogar debido a una tormenta fuerte. Magalí estaba sorprendida al escuchar la historia del ogro y se dio cuenta de lo mal que era juzgar a alguien solo por su apariencia física.
Decidió que quería ser amiga de Benja y visitarlo a menudo en su cueva. Con el tiempo, Magalí y Benja se convirtieron en amigos cercanos.
Magalí aprendió mucho sobre la importancia de no juzgar a los demás por su apariencia y también descubrió un nuevo mundo al conocer a Benja. Juntos exploraron la montaña y descubrieron lugares hermosos que nunca habían visto antes.
La amistad entre ellos creció cada día más fuerte y se convirtieron en un gran equipo. Magalí aprendió una lección importante: nunca juzgues a alguien por su apariencia física, porque lo que importa es lo que hay dentro de esa persona.
Y así fue como una simple caminata por la montaña cambió la vida de Magalí para siempre.
FIN.