El Hogar del Pequeño Meñique
Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, dos amigos muy especiales llamados Palomo y el pequeño meñique. Palomo era un perro travieso y juguetón, mientras que el pequeño meñique era un ratón curioso y valiente.
Un día soleado, mientras Palomo correteaba por el parque, vio al pequeño meñique escondido detrás de un árbol. Se acercó corriendo y le preguntó: "¡Hola meñique! ¿Qué haces aquí?"El pequeño meñique asustado respondió: "Palomo, estoy perdido.
No sé cómo regresar a mi hogar". Palomo se puso triste al ver a su amigo tan preocupado y dijo: "No te preocupes, meñique. Yo te ayudaré a encontrar tu camino de regreso".
Entonces, juntos comenzaron una emocionante aventura por el pueblo en busca del hogar del pequeño meñique. Caminaron por calles estrechas y plazas llenas de gente hasta que llegaron a un hermoso jardín. Allí encontraron a una señora mayor que estaba cuidando sus flores.
El pequeño meñique se acercó tímidamente y le preguntó: "-Disculpe señora, ¿conoce usted mi hogar? Me he perdido. "La señora sonrió amablemente y respondió: "-Claro que sí querido ratoncito. Tu hogar está justo al lado de mi casa".
Les dio las indicaciones para llegar allí. Palomo saltó de alegría y exclamó: "-¡Gracias señora! ¡Vamos rápido Meñique!". Los dos amigos siguieron las indicaciones de la señora y finalmente llegaron al hogar del pequeño meñique.
Allí, su familia los esperaba con los brazos abiertos. La mamá del pequeño meñique agradeció a Palomo por cuidar de su hijo y le dijo: "-Eres un verdadero amigo, Palomo. Gracias por ayudar a nuestro pequeño".
Palomo se sintió muy feliz y orgulloso de haber podido ayudar a su amigo. Los dos amigos se despidieron prometiéndose volver a verse pronto. Desde ese día, Palomo y el pequeño meñique se volvieron inseparables. Juntos exploraban el pueblo, jugaban en el parque y vivían nuevas aventuras.
Aprendieron que la amistad es un tesoro valioso que debemos cuidar y proteger. A veces, todos necesitamos un amigo como Palomo o el pequeño meñique para guiarnos cuando nos perdemos en el camino.
Y así, con una gran sonrisa en sus rostros, continuaron viviendo muchas más aventuras juntos, recordando siempre la importancia de la amistad verdadera.
FIN.