El hogar limpio y saludable
Había una vez en un pequeño pueblo de Ecuador, una madre llamada Ana que vivía con sus tres hijos: Martín, Sofía y Lucas. Ellos vivían en una casita muy acogedora rodeada de hermosos árboles y flores.
Un día, mientras Ana limpiaba la casa, Martín se acercó a ella y le preguntó: "Mamá, ¿por qué es tan importante mantener nuestra casa limpia?"Ana sonrió y le respondió: "Querido Martín, mantener nuestro hogar limpio nos ayuda a estar sanos y felices.
Cuando cuidamos de nuestra higiene personal y de la casa, evitamos que los gérmenes se propaguen y nos enfermemos".
Martín asintió con curiosidad y preguntó: "¿Cómo podemos hacerlo?"Ana lo tomó de la mano y lo llevó a la cocina. Allí había un dibujo pegado en la pared que mostraba diferentes pasos para lavarse las manos correctamente. Ana señaló el dibujo e explicó: "Primero, debemos lavarnos las manos antes de comer o después de ir al baño.
Así evitamos que los gérmenes entren a nuestro cuerpo". Después del almuerzo, Ana les enseñó cómo ordenar sus juguetes para evitar tropezones o accidentes. Les dijo: "Es importante mantener nuestros espacios ordenados para evitar caídas o golpes innecesarios.
Además, así encontraremos fácilmente nuestras cosas cuando las necesitemos". Por la tarde, mientras Sofía ayudaba a su mamá a barrer el piso del patio trasero, vieron un cartel que mostraba cómo deshacerse adecuadamente de la basura.
Ana les explicó: "Cuando terminamos de comer, debemos poner los restos de comida en una bolsa y luego tirarla en el contenedor de basura. Así evitamos que los animales se acerquen a nuestra casa y nos enfermemos".
Lucas, el más pequeño, preguntó: "¿Y cómo podemos mantener limpios nuestros dientes?"Ana le mostró un dibujo con un cepillo de dientes y pasta dental. Les dijo: "Para tener unos dientes sanos, debemos cepillarnos después del desayuno y antes de irnos a dormir.
Así eliminamos las bacterias que pueden causar caries". Después de aprender todas estas técnicas de higiene, Ana y sus hijos se pusieron manos a la obra para mantener su hogar limpio y ordenado.
Juntos lavaron los platos, barrieron el piso, sacaron la basura y hasta regaron las plantas. Con el tiempo, notaron que su familia estaba más saludable y feliz. Ya no se enfermaban tan seguido y disfrutaban mucho más del tiempo juntos.
Un día, mientras Ana miraba a sus hijos jugando en el patio trasero con una sonrisa en su rostro, supo que había hecho lo correcto al enseñarles sobre la importancia de la higiene en el hogar.
Y así fue como Ana y sus hijos demostraron que cuidar su higiene personal y mantener limpio su hogar era fundamental para vivir una vida sana y feliz. Ilustración 1: Martín lavándose las manos correctamente. Ilustración 2: Sofía ayudando a reagarrar los juguetes.
Ilustración 3: Ana y sus hijos botando la basura en el contenedor adecuado. Ilustración 4: Lucas cepillándose los dientes con una sonrisa.
FIN.