El Hombre Palo y el Grillo Laborioso
Había una vez en un bosque frondoso un hombre palo llamado Pablito. Pablito era un hombre de madera, que disfrutaba de su trabajo. Cada día, lo veían reir y cantar mientras recogía ramas, cuidaba las plantas y ayudaba a los animales. Hasta los más pequeños venados pasaban para verle trabajar.
Un día, mientras Pablito cantaba, apareció un grillo llamado Gregorio. Gregorio era un grillo olgazan que, en lugar de trabajar, pasaba el tiempo disfrutando de la vida sin hacer nada.
"Hola, Pablito. ¿Por qué trabajás tanto? ¡La vida es para disfrutarla!" - exclamó Gregorio mientras saltaba de una hoja a otra.
"Hola, Gregorio. Trabajo porque me gusta. Además, al cuidar el bosque, todos podemos vivir felices. ¿No querés ayudarme?" - respondió Pablito sonriendo.
"¡No, gracias!" - dijo Gregorio riendo. "Prefiero saltar y cantar en lugar de trabajar. Te divierte más estar así, ¿no?"
Aunque Pablito entendía que cada uno tenía su forma de vivir, no podía evitar sentir pena por Gregorio. Así que un día, decidió enseñarle una lección.
"Gregorio, ¿te acuerdas de la fiesta de la primavera? Todos los animales revelarán brillantes habilidades. Pero hay un problema: todos necesitan colaborar para preparar todo. ¿Te gustaría participar?"
Gregorio dudó.
"Pero... ¿y si me aburro?" - preguntó el grillo nervioso.
"No te preocupes. Haremos que sea divertido. Solo necesitamos un poco de esfuerzo. ¡Ven, acompáñame!" - Pablito lo animó.
Gregorio finalmente aceptó y comenzó a trabajar junto a Pablito. Descubrió que mientras recogían flores y preparaban juegos, era divertido charlar y compartir ideas. Los días pasaron, y pronto se acercó el día de la fiesta.
El gran día finalmente llegó. Todos los animales del bosque estaban emocionados y Pablito se sintió orgulloso de ver cómo cada uno había aportado su parte.
Y entonces, cuando todos se reunieron en la pradera, Pablito dejó caer su cita.
"¡Gracias, amigos! ¡Sin su ayuda, esto no sería posible!" - grita alegremente.
Gregorio se dio cuenta de lo valioso que es trabajar en equipo.
"¡Pablito! Esto es más divertido de lo que creía. La fiesta fue un éxito, y me siento bien por haber ayudado. ¡Tengo que contárselo a los demás!"
Tras la fiesta, Gregorio comenzó a buscar más formas de contribuir al bosque. A partir de ese día, ayudó en tareas pequeñas y compartió su música con todos los animales, transformando sin saberlo sus canciones en un coro cuando todos trabajaron juntos.
Pablito no podía estar más orgulloso de su nuevo amigo. Y así, en el bosque, la amistad entre el hombre palo y el grillo se hizo más fuerte, y aprendieron que el trabajo en equipo no solo trae felicidad, sino que también crea momentos inolvidables.
"Gracias, Gregorio, por enseñarme que hasta el más pequeño de los seres puede hacer una gran diferencia" - dijo Pablito al final de los días.
"Y gracias a vos, Pablito, por mostrarme que trabajar puede ser tan divertido como jugar" - respondió Gregorio con una sonrisa.
Y así, el hombre palo y el grillo laborioso continuaron juntos, trabajando y disfrutando de la vida en su amado bosque.
FIN.