El hombre que engañó al diablo



Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo de la Argentina, vivía un hombre llamado Cantuña. Era conocido por ser astuto y ocurrente, pero también por ser un granjero honesto y trabajador.

Un día, el Diablo se enteró de la fama de Cantuña y decidió visitarlo para proponerle un trato. -¡Hola, Cantuña! He oído hablar mucho de ti y me gustaría proponerte un trato.

Si logras engañarme en tres desafíos, te daré riquezas y poder ilimitado! -dijo el Diablo con una sonrisa maliciosa. Cantuña, con una chispa en sus ojos, aceptó el desafío sin dudarlo.

El primer desafío consistía en encontrar un grano de trigo en un campo enorme, pero Cantuña lo hizo plantando trigo en un campo previamente cubierto de harina. El segundo desafío era atrapar un pájaro invisible, y Cantuña puso miel en una jaula para que el pájaro quedara pegado. El Diablo, furioso, propuso el último desafío: llevar agua en un tamiz.

Cantuña aceptó y, con astucia, agujereó el tamiz y lo tapizó con una fina tela, logrando llevar el agua sin derramar ni una gota. El Diablo, enfurecido por haber sido engañado, desapareció en una nube de humo.

Cantuña, honrando su palabra, nunca usó el poder que le ofreció el Diablo. En su lugar, ayudó a su comunidad con su astucia y sabiduría, enseñando que con ingenio y bondad se pueden superar los desafíos más difíciles.

FIN.

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